El director general de Regenerando Nuestro Entorno A.C Jesús Vargas Quino, declaró que en la actualidad existen programas de restauración de arrecifes de coral en el sur de Veracruz.
Y es que el calentamiento global, la contaminación y diversas actividades recreativas, son la principal amenaza de arrecifes de coral, por lo que instituciones ambientales, investigadores expertos en corales y algunas organizaciones ambientalistas se han sumado al cuidado de estas comunidades marinas.
"Lamentablemente se han visto amenazadas por la actividad humana, uno de los principales problemas es el dióxido de carbono, que causa serias repercusiones en estos valioso ecosistemas, como la acidificación de los océanos y el aumento de las temperaturas del mar, lo cual ha afectado directamente a importantes barreras de coral como la de Australia que sufrió una pérdida temporal de pigmentación en un 54 por ciento de su extensión durante el año 2002", resaltó.
El también biólogo marino, indicó que en el estado de Veracruz hay Áreas Naturales Protegidas e instituciones que se dedican a la conservación y al estudio de estas formaciones arréciales, estos puntos importantes son:
Área de Protección de Flora y Fauna Sistema Arrecifal Lobos Tuxpan, Parque Marino Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano y la Zona Marina de Los Tuxtlas, esta última aunque no está catalogada como un Área Natural Protegida, cuenta con una extensión bastante amplia de formaciones arréciales, actualmente se realizan ciertos estudios de investigación y conservación.
Destacó que en México se encuentra el 10 por ciento de coral conocidas en el mundo, los arrecifes de coral ocupan un área cerca de 1780 kilómetros cuadrados, son hogar del 25 por ciento de las especies marinas, creando regulaciones en el clima y fuentes de empleo.
"Todos estos puntos naturales mencionados crean una barrera amplia de arrecifes de coral por toda la zona marina del estado de Veracruz", detalló.
Los arrecifes de coral constituyen una de las principales reservas de biodiversidad del mundo, los científicos estiman que cerca de 15 mil especies de peces habitan en ellos.
Además, puntualizó, que el aumento de dióxido de carbono de la atmósfera que termina disuelto en las aguas marinas contribuye a debilitar los esqueletos de los corales, convirtiendo las estructuras coralinas en presa fácil de las olas, los turistas y los pescadores.
Así como la contaminación por derrames de petróleo y las descargas de los desagües también se han convertido en un problema, por un lado los hidrocarburos son altamente tóxicos para los corales, y por otro el desagüe de las ciudades.
"A menudo descargan nutrientes como el nitrógeno que llega al mar, alimenta excesivamente a las algas provocando que crezcan sin control, al crecer las algas tapan la luz del sol que es esencial para la supervivencia de los corales", sostuvo Vargas Quino.
Utilizando menos combustibles fósiles, fertilizantes y nitrógenos en los jardines o cultivos y controlando el turismo masivo se reducirá el estrés que sufren los corales hoy, previniendo su desaparición y preservándolos para las futuras generaciones, apuntó.
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