El confinamiento generado por la pandemia del COVID-19 ha dejado en los adultos mayores problemas de ansiedad, depresión, angustia y estrés, señaló la integrante de la Asociación Latinoamericana de Psicología de la Salud, Irma Torres Ferman.
Explicó que tanto la salud física como mental de los adultos mayores ha tenido consecuencias como sentimientos de soledad pero también disminuciones en sus ingresos y por tanto afectaciones en la salud.
“Los que vivían solos ahora están más solos, se agudiza la soledad; los que tenían un trabajo eventual ahora no laboran y quienes tienen una pensión raquítica ahora no les alcanza para poder pagar sus gastos”.
Los efectos más comunes entre los adultos mayores que se mantienen aislados por la pandemia son pesadillas, dormir mal o poco, tener dolor de cabeza, erupciones en la piel y brazos, así como dificultad para concentrarse, tomar decisiones y problemas de memoria.
También experimentan sentimientos de desesperanza, temor o miedo y en algunas ocasiones se presenta un mayor uso del tabaco, alcohol y otras sustancias para relajarse.
La psicóloga señaló que para mitigar los efectos del aislamiento y la falta de actividad es necesario vigilar la salud, la nutrición, y la realización de actividad física y social de los adultos mayores.
Recomendó hacer ejercicio de forma regular, no fumar, mantener la presión arterial en sus valores normales, dormir al menos siete horas; hacer ejercicios de oración, meditación o rezo; verificar constantemente sus niveles de oxigenación y tener un tiempo para relajarse.
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