Busca INPI prevenir embarazo adolescente en comunidades indígenas de Veracruz

Debido a que Veracruz es de los estados con más embarazos en adolescentes, principalmente en menores de los 10 años en adelante, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) participa en la conformación de Grupos Interinstitucionales para Prevenir Embarazos en Adolescentes (GPEA) en los municipios, indicó Carlos Esteban Romero Gutiérrez, encargado del departamento jurídico del INPI Veracruz.

Destacó que dentro de la entidad, la zona de Zongolica es de alta atención porque si bien es lamentable el embarazo de una niña en la ciudad, en la región serrana es más triste y lamentable en comunidades indígenas.

Recordó que los usos y costumbres no pueden estar por encima de la ley y a los menores se les debe proteger, pues un embarazo en una niña de 10, 11 o 12 años no es producto de una relación consentida, sino de una violación.

Romero Gutiérrez reconoció que la pandemia del COVID-19 también afectó en este sentido, pues nadie salía de las casas, todos estaban ahí y eso provocó muchas cosas y además de la violencia familiar hay que recordar que muchos de los abusos sexuales se cometen en casa.

“Los abusos sexuales se cometen por tíos, se cometen por padrastros, se cometen tanto por hombres y hasta por mujeres, reducido el porcentaje pero también se comete”, añadió.

Lamentablemente, abundó, tal parece que el enemigo está en casa y si cree que el abuso sexual o las violaciones se dan fuera de la casa, es un error.

Indicó que a ello se le suma el que las denuncias son mínimas y esto corresponde a la ineficacia de las personas que deben atender el problema, pero se espera que esto cambie.

Destacó que el dicho de un niño o niña se debe creer, no revictimizarlos cuando llegan a las fiscalías, incluso a las mujeres, cuando les preguntan si están seguras de que quieren denunciar, pero claro que están seguras, por eso están ahí.

El encargado del departamento jurídico del INPI Veracruz reconoció que el hecho de que haya embarazos en niñas también implica fallas en el sector salud y se sabe que hay menores de 11 años, 12 años que llegan a los Centros de Salud pidiendo que les pongan una T de cobre, cuando a esa edad difícilmente tienen conocimiento de ese método anticonceptivo, y eso representa también que están siendo violadas.

Refirió que en cuanto una menor llega embarazada, el sector salud debe reportarlo a las autoridades por protocolo, aunque no todos los protocolos se cumplen y ese es otro reto.