Baja venta de carne de cerdo durante Semana Santa

Julio Rodríguez Dorantes, dueño de granja de cerdos, dio a conocer que en lo que va de la Semana Santa, las ventas bajaron un 50 por ciento y pudiera ser que en los próximos meses se refleje un alza.

“A la fecha, el precio lo estamos manejando en 38 pesos, que es el cerdo en pie de granja, el cerdo de traspatio está alrededor de 40 pesos a 41 pesos el kilo, que son dos cerdos diferentes, y ahorita en Semana Santa sí bajó la venta hasta la mitad, una carnicería que te consume 7 puercos a la semana, está consumiendo 3 o 4”.

En cuanto al incremento en ganancias, aún falta, según refirió: “el incremento del cerdo viene siempre en las fechas de octubre y noviembre, es cuando el cerdo aumenta mucho de precio por que la gente consume más, hay mayor demanda".

La Cuaresma y la Semana Santa son tiempos en los que muchos creyentes católicos optan por no comer carne, especialmente los viernes. Esta práctica tiene raíces en la historia y la teología de la Iglesia Católica.

La prohibición de comer carne durante la Cuaresma tiene su origen en la práctica de la abstinencia, que consiste en renunciar a ciertos alimentos o placeres para hacer penitencia y recordar el sacrificio de Jesús en la cruz. Durante la Edad Media, la carne era considerada un alimento lujoso y se prohibía su consumo en los días de ayuno y abstinencia.

Además, la prohibición de comer carne en los viernes de Cuaresma y Semana Santa también tiene una conexión con la muerte de Jesús en la cruz. Según la tradición católica, Jesús fue crucificado en un viernes, y la abstinencia de carne en ese día es una forma de honrar su sacrificio.

Además de las razones religiosas, hay también razones prácticas para evitar comer carne durante la Cuaresma y la Semana Santa. La época coincide con la veda de algunas especies marinas, lo que favorece el consumo de alimentos de origen acuático y también se promueve la protección de las especies que no están permitidas por la ley.

La carne roja, por ejemplo, es rica en grasas saturadas y colesterol, y su consumo en exceso puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, la producción de carne contribuye a la deforestación, la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero.

En este sentido, optar por una dieta vegetariana o de pescado durante la Cuaresma y la Semana Santa puede tener beneficios para la salud y el medio ambiente.