¡Buscan un milagro! Así es la lucha de Bryan contra el cáncer en Xalapa

Bryan Jaim Acosta López es un estudiante de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana que sueña con ser médico naval, aunque padece osteosarcoma de alto riesgo, enfermedad por la que se le formó un tumor en el hombro izquierdo.

El joven de 18 años lucha contra el dolor desde septiembre del año pasado, cuando el cáncer de hueso se le desarrolló tras sufrir una caída mientras jugaba basquetbol.

“Realmente fue en el momento de encestar el aro, me empujaron para defender, obviamente, y yo caí sobre mi costado izquierdo (…) esto llevó a que comenzaran ciertos dolores pero fueron intermitentes, no eran seguidos”, comparte desde la intimidad de su hogar.

“Llegando a diciembre, por las épocas navideñas, fue cuando el frío se acrecentó más y el dolor ya no era soportable”, agrega Bryan, quien inicialmente pensó que el dolor desaparecería solo, pero se agudizó con el paso del tiempo.

Acudió con un traumatólogo, pero su diagnóstico fue confirmado hasta que un cirujano plástico descubrió que su padecimiento tenía relación con un tumor óseo.

Pocas opciones

Varios oncólogos analizaron su caso, aunque algunos sólo sugirieron la amputación de su brazo. Tanto él como su familia se rehusaron a pensar que ésta era la única opción para superar el cáncer, por lo que iniciaron su tratamiento con quimioterapia de forma particular.

Cada sesión cuesta 16 mil pesos, a ello se suman los gastos de hospitalización, lo que hace que la familia de Bryan gaste hasta 20 mil pesos cada 21 días.

Yo voy, tomo mi quimio e intento salir con la mejor actitud. Pero ver cómo mis padres, mi hermana, mis tíos, mis primos se van cayendo a pedazos”.

“Porque dicen ‘¿Cómo es posible si fuiste un niño tan sano? Hacías deporte, te gustaba lo que hacías’”, comparte sobre los sentimientos que su enfermedad ha despertado entre sus seres queridos.

Bryan y su familia buscan superar las adversidades del cáncer con rifas en redes sociales, aunque le faltan seis sesiones de quimioterapia , además de que requiere tomografías, estudios y posiblemente una cirugía de casi medio millón de pesos.

El joven normalista agradece toda la ayuda que ha recibido y que está dispuesto a seguir recibiendo, aunque también comparte su experiencia con un propósito: generar empatía en las personas que no han vivido una situación como la suya.

“Porque tú caminas por la calle y no te preguntas qué le pasa a aquella persona, solamente cuando lo vives es cuando te das cuenta de la importancia de ser empático con los demás, como lo han sido muchas personas conmigo”.