La calificadora Moody’s mantuvo sin cambios la calificación crediticia de Pemex, en ‘B1’ un nivel de riesgo altamente especulativo y considerado como bono basura en el sector financiero, pero cambió su perspectiva de estable a negativa.
“Ante la falta de cambios fundamentales en la estrategia de negocio, es probable que la compañía enfrente mayores riesgos crediticios debido a su incapacidad de aumentar las inversiones de capital y de mejorar su desempeño financiero y operativo, como resultado de las restricciones de liquidez”, señaló Moody’s.
La calificadora considera que el gobierno federal seguirá financiando las necesidades de efectivo de Pemex, además de ayudarla a cumplir con el pago de sus amortizaciones de duda de 4 mil 600 millones de dólares en 2023, 10 mil 900 millones de dólares el próximo año y 4 mil 900 millones de dólares en 2025.
Sin embargo ratificó en ‘B1’ la calificación de Pemex y en ‘caa3’ la evaluación del riesgo crediticio base, la cual, dijo, ‘refleja su fortaleza crediticia intrínseca’.
“Dado que es probable que los fundamentos financieros subyacentes de la compañía sigan deteriorándose en un escenario de falta de cambios en el modelo de negocio actual, Moody’s prevé que, a la próxima administración le resultará cada vez más difícil replicar lo observado en los últimos años”, sostuvo.
Por otro lado, Moody’s estima que, dada la incapacidad de Pemex para invertir grandes sumas de capital en exploración y producción, en 2023 y 2024 la compañía mantendrá su producción y reservas en niveles actuales.
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