El legendario "Big George" Foreman, considerado uno de los boxeadores más icónicos e influyentes en la historia del deporte, falleció este viernes a la edad de 76 años de edad.
Foreman, quien se consagró con la medalla de oro olímpica en 1968, fue dos veces monarca de los pesos pesados y un ilustre miembro del Salón de la Fama.
George Edward Foreman nació el 10 de enero de 1949 en Marshall, Texas. Criado en Houston, tuvo una infancia difícil, marcada por problemas de conducta y una economía precaria. Sin embargo, encontró una salida en el boxeo y, bajo la tutela del entrenador Doc Broadus, rápidamente se destacó como amateur.
En 1968, representó a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de México y ganó la medalla de oro en la categoría de peso pesado tras vencer al soviético Jonas Čepulis por nocaut técnico en el segundo asalto. Su celebración alzando una pequeña bandera estadounidense se convirtió en un símbolo patriótico en plena Guerra Fría.
Foreman debutó profesionalmente en 1969 y, gracias a su increíble pegada, acumuló una racha de victorias por nocaut. Su gran momento llegó en 1973, cuando se enfrentó al campeón invicto Joe Frazier. Foreman lo derribó seis veces en solo dos asaltos y se coronó campeón mundial de peso pesado. El famoso comentarista Howard Cosell inmortalizó el momento con la frase "¡Down goes Frazier! ¡Down goes Frazier!" ("¡Frazier cae! ¡Frazier cae!").
Defendió con éxito su título ante José Roman y Ken Norton, ambos vencidos por nocaut en los primeros asaltos, consolidándose como una fuerza imparable.
El 30 de octubre de 1974, Foreman se enfrentó a Muhammad Ali en Kinshasa, Zaire (hoy República Democrática del Congo), en la legendaria pelea conocida como "Rumble in the Jungle". Foreman era el gran favorito debido a su poder devastador, pero Ali sorprendió al utilizar una estrategia llamada "rope-a-dope", en la que se apoyó en las cuerdas y dejó que Foreman lanzara golpes sin cesar hasta agotarse.
En el octavo asalto, Ali lanzó una ráfaga de golpes y derribó a Foreman, propinándole su primera derrota como profesional y arrebatándole el título mundial. La pelea es considerada una de las más grandes de todos los tiempos y demostró la inteligencia y habilidad de Ali dentro del ring.
Después de perder ante Ali, Foreman peleó algunas veces más, pero en 1977 sufrió una sorpresiva derrota contra Jimmy Young. Tras ese combate, afirmó haber tenido una experiencia religiosa en el vestuario y anunció su retiro del boxeo para convertirse en predicador cristiano y pastor.
En 1987, después de 10 años fuera del ring, regresó con 38 años y fuera de forma, pero con el objetivo de volver a ser campeón. A pesar de las dudas, Foreman sorprendió al mundo con una serie de victorias, ganando peleas por nocaut y demostrando que su pegada seguía intacta.
El 5 de noviembre de 1994, Foreman, con 45 años, enfrentó a Michael Moorer, quien era 19 años más joven y poseía los títulos de la AMB y la FIB. Durante los primeros asaltos, Moorer dominó la pelea, pero en el décimo round Foreman lo noqueó con un potente derechazo, convirtiéndose en el campeón de peso pesado más longevo de la historia.
Vestido con los mismos shorts que usó contra Ali en 1974, Foreman celebró su victoria con humildad, en un momento que quedó grabado en la historia del boxeo.
Tras retirarse definitivamente en 1997, Foreman se convirtió en empresario y comentarista de boxeo. Su negocio más exitoso fue la parrilla eléctrica George Foreman Grill, que se convirtió en un fenómeno comercial, vendiendo más de 100 millones de unidades en todo el mundo. Se estima que Foreman ganó más dinero con este producto que con su carrera en el boxeo.
También escribió libros de motivación y continuó con su labor religiosa. Es reconocido como una de las figuras más queridas del boxeo y un ejemplo de reinvención personal.
George Foreman es recordado como uno de los más grandes pegadores de la historia. Su pelea contra Muhammad Ali sigue siendo una de las más icónicas del deporte, y su regreso para convertirse en el campeón más veterano de los pesos pesados es una de las hazañas más inspiradoras en el boxeo.
Más allá del ring, su personalidad carismática y su éxito como empresario lo convirtieron en un ícono mundial, demostrando que un atleta puede reinventarse y triunfar en múltiples facetas de la vida.
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