De acuerdo con Wikipedia: “Sociedad civil forma parte de la ciencia social, que designa a la diversidad de personas con categoría de ciudadanos (generalmente de manera colectiva), quienes actúan para tomar decisiones en el ámbito público que conciernen a todo individuo situado fuera de las estructuras gubernamentales, de los partidos políticos, las empresas o poderes económicos, y las instituciones religiosas”.
La actual sociedad civil debe ser independiente, autónoma del Estado y limitada por un orden legal o juego de reglas compartidas. Involucra a ciudadanos actuando colectivamente en una esfera pública para expresar sus intereses, pasiones e ideas, y para intercambiar información alcanzando objetivos comunes.
Se da por hecho que su actuar es contradictorio, pues la misma definición dice que actúan para tomar decisiones en el ámbito público que conciernen a todo individuo situado fuera de las estructuras gubernamentales, de los partidos políticos, las empresas o poderes económicos, y las instituciones religiosas… Pero en este espacio específico quienes lo inauguraron y dieron a conocer en redes sociales son personas que militan en partidos políticos y forman parte de empresas (poder económico).
Por ejemplo, captamos a las senadoras panistas Lilly Téllez, Xóchitl Gálvez y Kenia López Rabadán; a Emilio Álvarez Icaza, senador del Grupo Plural sin Partidos, y a Fernando Belaunzarán Méndez. Asimismo, participaron en dicho espacio varios periodistas señalados de recibir “chayote” (a la postre ya confirmados). Se captaron actores, actrices, cantantes, empresarios y hasta youtubers que, con sus publicaciones en redes sociales y/o en sus videos, muestran abiertamente su inclinación hacia la corriente ideológica de la derecha.
Entonces no comulgan realmente con lo que se dicen ser, sino que su propósito va más allá de ello y se puede denotar una agenda meramente golpista, cuyo objetivo es desestabilizar al Gobierno del presidente y a la 4T.
Por otro lado, bajo el idealismo hegeliano se presenta un modelo que concibe a la sociedad civil como una esfera separada del Estado, que incluye dentro de sí tanto el ámbito económico como el asociativo. La postura de Tocqueville destaca la dimensión asociativa de la sociedad civil y su función en el mantenimiento de la democracia; en tanto que Gramsci diseñó un modelo que separa las esferas de la sociedad civil del Estado y del mercado, donde la sociedad civil es el ámbito de discusión y de generación de consensos políticos. Con esto queda más que claro que ese espacio credo bajo esa supuesta consigna de sociedad civil no es más que una pantalla para convertirla en un contrapeso al Gobierno actual de México y sus acciones. Sin embargo, en realidad no existe un esquema, o un plan bien estructurado, sino que son solo ocurrencias de último momento que pretenden apagar toda luz que refleja el avance incesante de la 4T.
La gran contradicción estriba en que los partidos políticos opositores al actual régimen se escudan en sociedad civil para movilizar contingentes (léase manipular) a sus fines para recuperar los espacios y recursos perdidos desde el 2018. Así se dio el movimiento feminista, con encapuchadas, martillos, toletes, bombas molotov para agredir a una ciudadanía realmente desinformada.
Estas feministas rompieron vitrinas, lanzaron petardos, insultaron sin control a un gobierno que opera con mayoría de mujeres, a gobernadoras de Morena cada vez en aumento, alcaldesas, regidoras y síndicas en diversos municipios. Una administración que protege y apoya a mujeres trabajadoras, amas de casa, madres solteras, discapacitadas con recursos que no son dádivas sino forma parte de una auténtica distribución del ingreso, así mismo se incrementan las detenciones, encarcelamientos de quienes abusan.
Otra movilización se dio en defensa del INE cuando se pretendía renovarlo, cooptar los excesos presupuestales de una minoría sumamente reducida que disfrutan salarios y prestaciones mayores a los 700 mil pesos mensuales.
Otra más se dio con el INAI y en otras que movieron “masas” en donde proliferaron acarreo, dádivas miserables de tortas y aguas frescas hasta llegar al colmo de tomar el zócalo con casitas de lona vacías. Se dio de todo en contra de las reformas eléctrica y petrolera, en acusar magistrados y ministros corruptos que aplican la ley a su antojo (con previas prebendas y moches elevadísimos).
Una sociedad civil manipulada a sus intereses para retornar al control del gobierno y ponerlo al servicio de los grandes capitales.
Fideicomisos se abrieron con votación mayoritaria de esos partidos, se violentó a la Constitución con más de 600 enmiendas en las seis décadas del periodo neoliberal para justificar el saqueo y entreguismo cínico a las grandes empresas.
Esa sociedad civil que no accedió a posiciones en diputaciones y senadurías en el proceso electoral que se avecina. Esa burocracia corrupta se apoderó de todas las plurinominales tanto del PRI, como del PAN y hasta del PRD le tocó.
La auténtica sociedad civil es la ciudadanía toda, agredida sin recurso legal que la proteja, esa sociedad que conforman la comunidad LGBT, las feministas auténticas, las madres buscadoras de cuerpos cercenados, los niños violados y desaparecidos impunemente por ese aparato judicial corrupto que tenemos ahora, ese que beneficia a delincuentes y encarcela a ciudadanos empobrecidos. Esa sociedad civil ignorada, agredida y violentada.
Esa sociedad civil no existe para ellos. Pero para nosotros siempre. Siempre.
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