El nombramiento de Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha desatado reacciones, no solo en el ámbito político y sanitario, sino también en los mercados financieros. Sus críticas a las vacunas, en especial contra la del COVID-19 y la polio, ha sembrado incertidumbre en Wall Street, con fuertes caídas en las acciones de las principales farmacéuticas.
El efecto inmediato del anuncio de Kennedy al frente del HHS fue un impacto negativo en los mercados. Empresas como Moderna (-5,6%), Pfizer (-2,6%) y Novavax (-7%) sufrieron caídas significativas en sus valores bursátiles. La incertidumbre radica en que Kennedy ha sido una de las voces más prominentes contra las vacunas, particularmente la del COVID-19, a la que ha acusado de estar vinculada con problemas de salud graves y de haber sido aprobada sin pruebas suficientes.
Desde la pandemia, Kennedy ha promovido teorías sobre la seguridad de la vacuna contra el COVID-19, asegurando que su rápida aprobación obedeció a intereses financieros más que de salud y que se ocultaron efectos adversos. Su postura ha generado tensiones con las agencias reguladoras, que han desmentido estas afirmaciones. Su designación ha sido celebrada por sectores que cuestionan la influencia de las farmacéuticas en la política de salud pública.
La organización, Children´s Health Defense, ha difundido información sobre supuestos riesgos de la vacunación infantil, incluyendo la del COVID-19 y la polio. Kennedy ha afirmado que la vacuna contra la polio estuvo contaminada con el virus SV40 en los años 50 y 60, asegurando que provocó una "explosión de cánceres".
Durante la pandemia, el ahora Secretario de Salud defendió tratamientos alternativos como la ivermectina y la hidroxicloroquina, argumentando que fueron desacreditados para favorecer la autorización de emergencia de las vacunas contra el COVID-19. Sus declaraciones generaron polémica en la comunidad científica y contribuyeron a la expansión de la desconfianza en las vacunas en sectores de la población.
Kennedy ha mantenido un perfil bajo, aunque el 20 de febrero anunció que investigará la seguridad de las vacunas infantiles, lo que podría traducirse en una revisión de la regulación actual.
Uno de los puntos que más preocupa a Wall Street es su posible intento de eliminar las protecciones legales de los fabricantes de vacunas, establecidas en 1986, lo que expondría a las farmacéuticas a demandas masivas, lo que ha impactado negativamente a los mercados.
La postura desafiante de Kennedy Jr. hacia la industria farmacéutica ha sido recibida con entusiasmo por quienes buscan mayor rendición de cuentas en la regulación de medicamentos y tratamientos. Aunque su historial ha generado debate, su enfoque en la autonomía del paciente y en la investigación de posibles efectos adversos refleja un compromiso con la salud pública desde una perspectiva de mayor control y responsabilidad.
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