Voluntad política, fue la que el primer mandatario de la nación demostró para que las cosas marcharan mejor en el delicadísimo tema de la salud.
La idea que sin duda provino de las voces recogidas de las clases más necesitadas, de aquellos que con dificultad acceden a los servicios médicos, ya no se diga al de especialidades, de aquella medicina tradicionalmente negada. La medicina que ha permanecido en el claro obscuro de administraciones villanas.
Encerrada en cristales de “rómpase solo en caso de emergencia”. Esa medicina de “para unos cuantos,” ahora a través del programa IMSS BIENESTAR, dará cobertura de manera gradual a todos los mexicanos.
Los avances en este sentido ya se perciben; con mejores recursos humanos, equipos médicos, centros de rehabilitación, abasto de medicamentos y rehabilitación de hospitales y unidades médicas. Una sola sigla para un solo propósito; la salud de todos los mexicanos.
El presidente de la república con estas acciones, da sentido y certeza al mandato constitucional establecido en el articulo 4º, párrafo cuarto que a la letra dice; “Toda Persona tiene derecho a la protección de la salud.
La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución.
La Ley definirá un sistema de salud para el bienestar, con el fin de garantizar la extensión progresiva, cuantitativa y cualitativa de los servicios de salud para la atención integral y gratuita de las personas que no cuenten con seguridad social”.
Como puede observar amable lector, el presidente está cumpliendo cabalmente y al pie de la letra con el espíritu de este importante renglón. Ya lo dijo el filósofo escritor y poeta estadounidense; “la primera riqueza es la salud”.
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