En una empresa privada, si alguno de los directivos de alto nivel toman una mala decisión que afecta severamente las finanzas de la empresa, el consejo de administración lo despide y sustituye por otro más capaz y además, de ser necesario, le finca responsabilidades al ejecutivo saliente por los daños y perjuicios causados a la compañía.
Esto obliga a los funcionarios de alto rango de las empresas privadas a meditar más sus decisiones y a asesorase con expertos para medir los alcances, riesgos y consecuencias de las decisiones que toman.
Porque una decisión mal tomada puede resultar fatal no solamente para los propietarios de la empresa, sino también para sus colaboradores y proveedores. También para la comunidad en general. Incluso para el fisco, porque dejaría de recibir los impuestos que con su actividad la empresa generaba y pagaba.
En el caso del gobierno, los políticos generalmente no asumen responsabilidad alguna por las decisiones que toman. Tampoco los directores de las empresas paraestatales.
La empresa paraestatal que dirigen podrá llegar a tener enormes pérdidas y lo único que deberán hacer los encargados de administrarla, será pedir más dinero del presupuesto nacional para rellenar los boquetes financieros que ellos mismos ocasionaron con sus decisiones equivocadas, empleando dinero de nuestros impuestos para tapar las pérdidas que su mal desempeño ocasionó.
Esto sangra las finanzas públicas y por esa razón no queda dinero para atender lo indispensable como son la salud, la educación, la seguridad y la infraestructura.
Planteo lo anterior, porque todavía no alcanzo a comprender, cómo es que se ha anunciado con bombo y platillo la adquisición de 13 plantas generadoras de energía eléctrica a la empresa española IBERDROLA, si dicha empresa ha sido comprada por un fondo privado que curiosamente recibirá recursos públicos para su financiamiento y además le dará la operación de esas plantas a la CFE para que ésta las maneje, a pesar de ser ineficiente, lo que hará que la energía eléctrica producida resulte mucho más cara que antes.
Ahora Iberdrola sacará del país el dinero producto de la venta y lo invertirá en Brasil, para generar allá energías más limpias y competitivas. No logro entender aún quién planeó y autorizó semejante operación, porque ese dinero bien se pudo invertir en México.
Tampoco alcanzo a comprender por qué se anuncia como un gran logro el haber rematado el avión presidencial al 30% de lo que costó originalmente y se anuncia que ese dinero servirá para construir dos hospitales.
Tengo entendido que aún no se le termina de pagar a la empresa que lo vendió al gobierno mexicano, por lo que para poder enajenarlo, primero habría que liquidar lo que se debe.
De estar en lo correcto, el importe neto a recibir será una cifra mucho menor.
Creo que fue un pésimo negocio.
Esto me recuerda la victoria obtenida por PIRRO, rey de Epiro, región situada al norte de Grecia, quien ganó una batalla contra los romanos, pero a costa de perder a la mayoría de sus soldados.
Hubo quien osó decirle: Otra victoria así y te quedas sin ejército.
Ojalá y nuestros políticos reflexionen más sus decisiones, antes de seguir tomando medidas tan radicales que terminan costándonos muy caras a los ciudadanos.
No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.
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