En materia de seguridad pública, la gobernadora Rocío Nahle, al igual que Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, ha dicho que en Veracruz se combatirá a los grupos criminales con trabajo de inteligencia y coordinado con las fuerzas federales, lo que no se hizo en el sexenio anterior del exgobernador Cuitláhuac García.
La mejor prueba de ello fue lo que ocurrió hace apenas una semana en Ignacio de la Llave, un municipio cercano al puerto de Veracruz, donde en un operativo conjunto entre la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana se aseguraron casi un millón 200 mil litros de huachicol, 12 contenedores, 351 tractocamiones, así como armamento y explosivos.
¿Los jefes policiacos del exgobernador García Jiménez realmente lo desconocían o es que acaso eran cómplices? Distraídos en enriquecerse, no combatieron a fondo a los grupos delincuenciales ni hicieron trabajo de inteligencia para erradicarlos. Tan es así que la presencia de las organizaciones criminales en territorio veracruzano es latente, y aunque el exmandatario morenista aseguraba que se combatía a las bandas, presumiendo hasta abril de este año la detención de al menos 29 líderes y más de 80 integrantes de las células delictivas, lo cierto es que las operaciones delictivas continuaron.
Vamos, ni siquiera existía una cifra oficial precisa del número de estas agrupaciones criminales que siguen operando en la entidad. La Secretaría de Seguridad Pública, por ejemplo, reconocía la presencia "de cinco a siete" cárteles de la delincuencia organizada y sus escisiones. Pero la información oficial contrastaba con los reportes de organizaciones civiles y académicos, que han contabilizado hasta 14 grupos en guerra.
Por ejemplo, de acuerdo con un informe del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. (CIDE), hasta abril de este año se enlistaban los grupos Sangre Nueva Zeta, Mando Sur Gente Nueva, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la banda del Bukanas y Zetas Vieja Escuela. También Los Piña, el Cártel del Golfo, Cártel del Noreste, Los Zetas, Grupo Sombra y Los Ántrax, así como el Cártel del Siglo y Cárteles Unidos. Y a estas organizaciones habría que sumar la presencia de miembros del Cártel de Sinaloa.
Un año antes, en enero de 2023, de acuerdo con la investigación "Presencia del Crimen Organizado en México", de AC Consultores, se había identificado la existencia de siete grupos criminales en Veracruz.
Hace cuatro días, en declaraciones al portal Aristegui Noticias, el periodista especializado en seguridad, José Luis Montenegro, autor del libro "Los Chapitos", alertó que ante la batalla que libran desde hace tres meses en Sinaloa los grupos de los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera y de Ismael "El Mayo" Zambada, estaban por fusionarse Los Chapitos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
"Yo apunto a que la figura predominante del narcotráfico mexicano se va a llamar Iván Archivaldo Guzmán Salazar, él va a quedar como el gran heredero del cártel por antonomasia, que sería el de Sinaloa, pero probablemente le cambien el nombre: Cartel Sinaloa Nueva Generación, Cartel Sinaloa-Jalisco, Cártel del Pacífico, algo así va a pasar", explicó.
¿Estarán preparados en Veracruz para cuando esta fusión se dé y barran a las otras organizaciones criminales existentes en la mayor parte de los 212 municipios del estado?
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