¿Somos democracia?

Seguramente leer la pregunta le provocó más interrogantes, pero es lo que se me viene a la mente cuando el Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer que en Coatzacoalcos sólo votó el 51.2030% de la Lista Nominal, es decir, 125 mil 706 porteños decidieron sufragaron por quien consideraron sería su alcalde o alcaldesa, que en este caso, tras el recuento fue el morenista Amado Jesús Cruz Malpica quien resultó ganador y obtuvo su constancia de mayoría.

De acuerdo al INE, la Lista Nominal de Coatzacoalcos la integran 245 mil 505 ciudadanos de 18 o más años, ahora la pregunta es ¿qué ocurrió con los 119 mil 799 habitantes que se abstuvieron de votar? ¿Fue la pandemia de Covid-19? ¿Habrá sido por olvido? ¿Por flojera? ¿Por apatía? O porque verdaderamente los 11 candidatos a la alcaldía no los convencieron al grado de salir a una casilla.

Es decir, el 48.797% de los habitantes de Coatzacoalcos en condiciones de votar son los que, para un servidor, representan al verdadero ganador de la elección: el abstencionismo.

Si el abstencionismo hubiera aparecido en la boleta habría arrasado con el candidato de la alianza Morena-PT-PVEM, quien tuvo 74 mil 620 votos, es decir, 45 mil 179 sufragios por debajo del abstencionismo.

En esta ocasión ni las campañas digitales fueron suficientes para permear en el ánimo de esos casi 120 mil ciudadanos que no quisieron dar su voto a ninguna de las 11 opciones que la contienda ofreció para renovar  la presidencia municipal de Coatzacoalcos.

No minimizo que el 51.2% sea el que participó en los comicios, pero no es un motivo el celebrar una fiesta democrática por demás costosa, en la que cada candidato tuvo un tope de campaña de un millón 466 mil 705 autorizados por el Consejo General del Organismo Público Local Electoral de Veracruz (OPLE).

En total, por topes de campaña la elección de alcaldes costó 16 millones 133 mil 755 pesos, es decir, el sufragio de toda la población porteña en edad de hacerlo costó 65.71 pesos, por lo que sólo se ejercieron íntegramente 8 millones 260 mil 971.49 pesos, mientras que 7 millones 872 mil 783.50 pesos fueron dinero desperdiciado en votos que no se hicieron, dinero que nos costó y que los candidatos usaron votáramos o no.

Sin duda el triunfo de Amado Cruz Malpica es arrasador  y apabullante por la cantidad de votos que obtuvo, además de vencer al 2x1 a su rival más cercano, el priista Carlos Vasconcelos Guevara; pero en estrictos términos de la Lista Nominal, el abstencionismo se colocó como ese incómodo rival y lastre que se niega a morir.

¿Cuántos procesos electorales estamos dispuestos a que se permita ganar al caro abstencionismo?, analice esta pregunta en la intimidad de su recámara y reflexione en su almohada, especialmente si fue uno de los 119 mil 799 porteños que no quisieron ir a votar, que sólo se comprendería a aquellos que no pudieron hacerlo al estar internados.

Es por eso que le pregunto amable lector: ¿Somos democracia?

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