Llegó a su fin la actividad de los Juegos Olímpicos Olímpicos de París 2024, donde no hubo novedades porque Estados Unidos y China siguen dominando el entorno en la obtención de medallas.
Los vecinos del norte lograron las mismas 40 medallas áureas que los 1, pero más de platas y de bronces, 44 y 42 respectivamente. Mientras que China alcanzó 27 y 24 de plata y bronce para un total de 91.
Más lejos se ubicó Japón con 20 oros y 45 en total, le siguió Australia con 28 metales dorados y 53 totales, en general los cuatro primeros en el medallero de París 2024.
México con 5 metales en total, 3 platas y 2 bronces, sin oros, se ubicó en la posición 65.
El domingo se entregó la estafeta de los Juegos Olímpicos de París a Los Ángeles 2028, donde México será local prácticamente y ello le augura al menos mayor apoyo y una mejor preparación en escenarios más cercanos a nuestro país.
Lo que sí nos queda claro es que las grandes diferencias entre los países desarrollados y subdesarrollados sigue existiendo y que de no ser por EU que se encuentra de este lado del mundo, este continente no alcanzaría a competir.
Algunos de los decanos de la crónica deportiva nacional, Manuel Seyde, bautizó a México de los años setentas, hablando de futbol, como los “ratoncitos verdes” debido a sus reiterados fracasos.
Ahora bien, trasladado al deporte nacional cada vez que hay unos Juegos Olímpicos y México timbra fracaso tras fracaso el sobrenombre le viene como anillo al dedo.
Solo que a diferencia del futbol que el apoyo es permanente por parte de la iniciativa privada, el deporte federado que tendría que ser auspiciado por el gobierno federal, este es siempre insuficiente.
No vamos muy lejos, el enfrentamiento permanente de la CONADE con las federaciones y que se han llevado entre las patas a los atletas, es un reflejo de los resultados en estas competiciones.
Sin embargo, vale hacer una reflexión para determinar que hay responsabilidades compartidas en este nuevo fracaso mexicano.
El Gobierno Federal a través de la CONADE, que se la pasó peleando por escatimar los recursos y por querer fiscalizar el dinero, mantuvo a los atletas estresados en cumplir una contabilidad que concentrarse en sus competencias.
Claro, cuando había una inconsistencia de dinero lo fácil es cerrar la llave de los apoyos hasta que esto se iba convirtiendo en una bola de nieve irreversible, reflejado lastimosamente en resultados adversos.
Ahora bien, hubo momentos para obtener mayores dividendos en los Juegos Olímpicos de París 2024, pero por diferentes causas los atletas mexicanos se “cayeron”.
Recuerdo aquella expresión de “los malditos penales” cuando nuestro país perdió en futbol instancias importantes desde los once pasos.
Bueno, ahora la expresión sería “porque a nosotros”cuando alguno de los connacionales no tuvo las agallas para convertir sus actuaciones en medallas del color que merecía su esfuerzo.
Hay un ejemplo muy claro y esa fue la pelea de Marco Verde cuando en la contienda ante el de Uzbekistán que a sabiendas que iba perdiendo los primeros dos episodios y que ya tenía asegurada la de plata, por qué no ir para adelante como suelen hacerlo los pugilistas mexicanos profesionales.
Dicen en el futbol que es lo mismo perder por uno que por dos o por tres. Posiblemente temía al ridículo de un nocaut, qué más da, la gente seguramente lo iba agradecer más que quedarse con el amargo sabor de boca de no intentarlo.
Es cierto, me dirán que una cosa es el boxeo olímpico y otra el profesional, solo que el concepto de arrojo y entrega nada tienen que ver con esto, creo que faltó ambición por querer cambiar la plata por el oro, insisto, ya no había nada que perder y sí mucho por ganar.
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