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Senado: Habrá crisis en el debate

2024-09-12 | 07:18 a.m.
Senado: Habrá crisis en el debate
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  • El martes se mostró la vida estiercolera de la política 
  • Manuel Huerta: intervención como de borracho de cantina 
  • Dilapidan espacios de diálogo y razonamiento; Noroña dio clases de decencia política 
  • AL OÍDO: Cuitláhuac, ya sabe leer 

Cuarenta y ocho horas antes de la votación de Miguel Ángel Yunes Márquez, ya se conocía la intención de su sufragio en la discusión de la reforma al Poder Judicial en el Senado.

Desde los más cercanos al círculo de poder de la Cuarta Transformación, se filtraron los esquemas o estrategias de los Yunes para tratar de ganar tiempo y simular que todo estaba bien con la oposición.

Cortaron comunicación cuando maquiavélicamente pensaron hacerlo.

De ahí siguió la licencia de Yunes Márquez, la toma de posesión del escaño del Senado por su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, quien se "comió el baño de estiércol" en su arribo a la Cámara Alta.

Y luego, nuevamente, la licencia para que el Junior tomara posesión y descontrolara al enemigo que horas antes era su aliado.

Sus “amigos”, la bancada opositora, no tuvieron manera de reaccionar, salvo con la gritería o el insulto.

Del otro lado, en Morena, los mexicanos eran testigos de algo que nunca pensaron que ocurriría: aplausos y vítores para quien había insultado al presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿SE REPETIRÍA CASO CLAUDIA BALDERAS?

La jornada del martes en el Senado mostró la vida estiercolera que representa el quehacer de la política en México.

Senadores que no tienen ni idea de lo que representa estar en la Cámara Alta.

Apenas la legislatura pasada se vivía la triste realidad de tener en un escaño a una imberbe como Claudia Balderas, que sólo llenó de escándalos su paso por el Senado.

Hoy la historia parece que no va a ser diferente.

LA IMPORTANCIA DEL DEBATE CONSTRUCTIVO

La sesión de ayer evidenció el limitado nivel de debate que existe en el Senado.

Debatir sin agresiones verbales es crucial para el fortalecimiento de la democracia y la gobernabilidad del país.

El Senado es el órgano donde se toman decisiones fundamentales que impactan a millones de mexicanos, y su legitimidad depende de la calidad del debate y el respeto mutuo entre los legisladores.

Si las discusiones se convierten en ataques personales o descalificaciones, se debilita la confianza ciudadana en las instituciones, lo que puede provocar polarización y desinterés en la política.

El intercambio de ideas de altura permite que las diferentes posturas sean escuchadas y analizadas de manera racional, promoviendo la construcción de políticas públicas más efectivas y justas.

Un debate constructivo no significa la ausencia de críticas, sino el uso de argumentos bien fundamentados que permitan la creación de consensos.

MANUEL HUERTA COMO BORRACHO DE CANTINA

Ayer, en el Senado, se escucharon discursos como el del veracruzano Manuel Rafael Huerta Ladrón de Guevara, quien, independientemente de los argumentos limitados y agresivos que usó para la oposición, su perorata fue como la de un borracho impertinente que gritaba tratando de ganarle en sonoridad a la rockola de una cantina que tocaba la de “Rata de dos patas” de Paquita la del Barrio.

A ratos reía haciendo analogías de la aprobación de la reforma con el parto de una niña.

Recomendó a los opositores que dejen de estar con Claudio X. González, porque los va a llevar a la derrota, que recordaran que él era compadre de Carlos Salinas, “El innombrable, El Chupacabras”, y que “si se sentían nerviosos por la inminente derrota, les traía Amlodipino para que tuvieran tranquilidad”.

Esos fueron parte de los argumentos que utilizó Manuel en los cinco minutos de su intervención para justificar su voto a favor, o al menos para significar la importancia de la reforma al Poder Judicial.

Terminó a gritos con frases comunes, como un beodo que ya se hacía insoportable para los que estaban en la mesa con él.

La intervención del morenista Félix Salgado Macedonio fue casi en el mismo tono, como si compartieran mesa en la misma cantina. Nada destacable.

FERNÁNDEZ NOROÑA A LA ALTURA

Caso contrario y aunque no lo crea el pendenciero, Gerardo Fernández Noroña mostró una gran capacidad de diálogo y condujo de la manera más tranquila posible la sesión y en los momentos más álgidos, no tuvo que usar agresiones verbales a ningún enemigo, incluso a ratos hasta bromeaba.

Y es que hay que tener en cuenta que, en un contexto de descalificación constante, se pierde de vista el objetivo principal de los congresos: legislar para el bien común.

Cuando los legisladores se enfocan en atacar a sus opositores en lugar de debatir ideas, las soluciones a los problemas sociales, económicos y políticos se retrasan, afectando directamente a la ciudadanía.

Por eso, es fundamental que el Senado y la Cámara de Diputados sean espacios de diálogo y razonamiento, no trincheras de guerra política.

Algo que difícilmente ocurrirá, ya que en la parte opositora, pero mayormente en Morena y el resto de sus aliados, lo que falta es materia gris.

AL OÍDO

Leyendo un discurso de 4 minutos en 13 minutos en un iPad, ayer el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, marcó su postura sobre la aprobación de la Reforma al Poder Judicial en un video que difundió a través de las redes sociales.

Algo habrá que reconocerle a Cuitláhuac: después de seis años aprendió a leer decentemente un discurso político.

Ya lo de improvisar respuestas coherentes ante algún cuestionamiento quizá le tome otros seis años.

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joluperezcruz@hotmail.com


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