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Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna:

Sembrando ilusiones para cosechar votos

2024-05-18 | 07:06 a.m.
Sembrando ilusiones para cosechar votos
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Dicen quienes saben de estos temas que las mayores mentiras se dicen durante  la  guerra, la cacería y  las campañas electorales.

Comento esto porque lamentablemente en México las campañas electorales se han desvirtuado a tal grado que más bien parecen subastas, donde determinados candidatos con tal de conseguir votos ofrecen regalar cada vez más cosas. Hay que aclarar que muchas de las promesas que hacen son  imposibles de cumplir financieramente hablando.

El déficit producido al gastar el gobierno más de lo que recibe como ingreso tiene que cubrirlo con impresión de dinero que genera inflación y cuantiosos  préstamos cuyos intereses terminarán asfixiando nuestra economía.

Y es que el prometer darle a todo mundo becas, apoyos, ayudas, pensiones a los 60 años y dinero regalado con cualquier pretexto, no lo resiste ninguna economía por más rica que ésta sea.

Para no sentirnos defraudados, es necesario que los ciudadanos tengamos plena conciencia de que todo el dinero que ofrecen regalar los políticos no saldrá de su bolsillo, sino que lo terminaremos pagando nosotros.

Lo mismo sucede con los aumentos salariales aplicados a rajatabla por populismo puro para cosechar votos, sin pensar primero en aumentar la productividad. Esta administración presume los incrementos que por dedazo le ha dado al salario mínimo, pero omite decir cuánto han subido los precios.  La gente ahora gana más, pero  cada vez le alcanza menos, porque la inflación sigue subiendo.

Incluso, se han distorsionado tanto las cosas que hay familias enteras que dejaron de trabajar porque con la ayuda que reciben los viejitos, los apoyos a las madres solteras y las becas a los estudiantes, aunque salgan reprobados; logran juntar entre todos, sin mayor esfuerzo que estirar la mano, un dinero que les permite irla pasando sin hacer ni producir nada.

Una cosa es ayudar en forma temporal al que verdaderamente lo necesita, lo cual nadie objeta y otra  muy distinta es fomentar la pereza y aniquilar el espíritu de superación que cada  ser humano debería desarrollar para ser libre, independiente y autosuficiente.   

Como no alcanza ningún dinero para cubrir tanto dispendio y ocurrencias, nuestros políticos acostumbran rellenar los faltantes con  recursos que deberían emplearse en comprar medicinas,  mejorar la  educación,  la seguridad, el mantenimiento de carreteras y hospitales, así como la atención a damnificados por los desastres naturales.

El mal manejo de nuestro dinero equivale a tapar un agujero destapando otro. La gente está feliz cuando recibe dinero regalado y se pone muy triste cuando se enferma y no hay medicinas en los hospitales públicos, los aires acondicionados no sirven y tanto el mobiliario como los  equipos para detectar enfermedades están destartalados.

Hay que dejar bien claro que no es función de los políticos regalar dinero para conseguir  simpatías temporales y menos si a cambio de esto se sacrifican rubros importantes que la comunidad necesita se atiendan con eficacia y prioridad.

En los últimos años la calidad de la educación y de la salud ha retrocedido por falta de presupuesto suficiente. La infraestructura pública está cada vez más deteriorada. Así no  avanzaremos como nación, porque esos yerros nos hacen ser menos competitivos.

No olvidemos jamás que el mejor programa social del mundo para abatir la pobreza es el empleo y no la dádiva como creen los populistas.

Un ejemplo muy claro y reciente de no atender las prioridades por usar mal nuestros impuestos son los cada vez más frecuentes apagones, la contaminación creciente y sobre todo la escasez de agua que sufre el país. Hace tiempo que no se invierte lo necesario en dichos rubros y ahora pagamos las consecuencias de la negligencia, la improvisación, el abandono y el descuido. 

Ojalá y las cosas cambien, la ciudadanía madure y razone su voto para dárselo a los candidatos que ofrezcan  facilitar la inversión para que haya más empleos mejor pagados y además atiendan los graves rezagos que arrastramos en materia de salud, educación, seguridad e infraestructura.

Si votan por  quienes ofrezcan regalar más cosas,  de una vez les decimos: Eso no resolverá nuestros problemas, sino que los agravará y seguiremos igual o peor que ahora.

En la conciencia y en el voto libre y razonado de cada elector está la solución.

 ¿No les parece Ustedes?

Muchas gracias y un buen fin de semana.

  

 

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