Lo más interesante de la marcha es conocer a quienes defienden no al INE, sino a los privilegios que tienen los partidos políticos y de manera especial a la clase política tradicional que sobrevive con los cargos plurinominales del poder legislativo.
Si no fueran nominados para diputados o senadores sin tener que participar en unas elecciones desaparecerían.
Con el mito de “No se toca el INE” se exhibieron porque la reforma electoral lo único que señala es que se aplique la democracia y que sea el pueblo y no los directivos de los partidos los que decidan quienes deben ser los consejeros y de esta manera comprometerlos a sus intereses particulares.
El expresidente Vicente Fox quien por voz propia se declaró delincuente electoral al afirmar que participó en el fraude del 2006 y que ordenó a los miembros de su gabinete para que trabajaran en los diferentes estados del país.
El anunció que hiciera un joven que planteaba que se exigiera que sólo podían votar los que demostraran que habían terminado la preparatoria y dejaba fuera a campesinos, obreros y amas de casa. No ocultan los participantes de la marcha que son clasistas y discriminatorios. La arquidiócesis de Xalapa volvió a participar y no obstante de violar la Constitución se olvidó que los feligreses son de todos los partidos políticos si bien es cierto ellos no ocultan que son la extrema derecha del PAN.
Movimiento Ciudadano volvió a mostrar su madurez política y se mantuvo fuera de estos circos politiqueros.
Resulta increíble que mientras el estado de Baja California Sur de Víctor Manuel Castro tiene un presupuesto de 20 mil millones de pesos al año y el de Yucatán, que gobierna Mauricio Vila y recibe 40 mil mdp, ninguno de estos gobiernos estatales tienen los problemas del gobierno de Veracruz con un presupuesto de más de 140 mil millones, tenga los adeudos y el regateo de los ingresos a los maestros.
Existe razón que el pueblo decepcionado ya hasta extraña a los anteriores gobiernos corruptos del PRIAN y llegar al extremo manifestado que hubieran preferido que en los últimos comicios no hubiera ganado Morena o al menos con otro candidato.
No se les hace raro que el presidente López Obrador, en las numerosas visitas que ha realizado al estado de Veracruz, sólo cuando resultó electo haya visitado a la capital del estado. La ciudad de Xalapa, la sede donde se concentran los poderes del estado.
Por lo regular el mandatario prefiere visitar la zona sur de la entidad y de una manera singular la ciudad de Coatzacoalcos. Donde se publica el periódico ‘Diario del Istmo’. El medio que mencionó en primer lugar como su mejor aliado durante sus campañas electorales y como presidente de la República.
El desinterés que muestra hacia el lugar donde se asienta la gubernatura estatal debe tener sobre el reducido porcentaje que tiene a favor la actual administración.
El mandatario es la persona mejor informada sobre el acontecer nacional. Recibe todos los días los reportes sobre seguridad y los casos de corrupción que han trascendido.
Está visto que no verán al presidente López Obrador en algún pasillo del gobierno del estado ni tampoco acompañado tomando un café con el gobernador Cuitláhuac García y mucho menos sentado junto al secretario de gobierno Eric Cisneros Burgos.
No se le dan estas amistades que el pueblo sabio y bueno no aprueba.
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