Anunciaron su registro los primeros tres aspirantes a la gubernatura de Veracruz por el partido Morena, Rocío Nahle, Manuel Huerta y Eric Cisneros y faltan más que en el curso de estos días se irán levantando la mano, como Sergio Gutiérrez y Zenyazen Escobar, el tema es el mismo, si llegó Cuitláhuac García eso permite que cualquier otro pueden alcanzar la nominación, lo que se les olvida es el tsunami electoral que causó el estar en la boleta el activista tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, que era la figura de la política más atrayente de los último años.
Todos los aspirantes se van a mover porque estiman que tienen grandes posibilidades bajo la bandera guinda de la verdadera izquierda.
El que no hayan renunciado o pedir licencia a sus cargos puede tener sus ventajas y también provocar ciertos perjuicios. Los que no ostentan puestos públicos pueden alcanzar la delantera y en política les da cierta primacía.
Tres décadas contaba en su tarea política López Obrador, que fueron claves para lograr la superioridad en los comicios federales del 2018. La secretaria de Energía Nahle García, tiene en su bagaje político cargos legislativos de importancia y hay otros que solo aparecieron como funcionarios sin ningún antecedente electoral.
Tiene mucho tiempo que el exgobernador Dante Delgado anunció que Movimiento Ciudadano será la segunda fuerza política de país, al presentarse con un candidato presidencial sin alianza con el PRIAN, ni con Morena, circunstancia que lo coloca en una posición privilegiada por el mundo de electores que no aceptan a estos partidos políticos mayoritarios que van en coalición, es un rechazo popular que le da una gran ventaja al candidato de MC el gobernador regiomontano Samuel García.
Una hábil estrategia política que favorece a Claudia Sheinbaum al canalizar a la clase media hacia otro partido ajeno a la derecha.
Hay que ver a quien lanza el senador Delgado Rannauro para el estado de Veracruz por la gubernatura, donde también tendrá una gran posibilidad.
Se repite esa misma situación de animadversión partidista diferente. Todo depende de forma personal de los candidatos para ganar el gobierno estatal.
Pasan los días y la gente se pregunta qué hará el excanciller Marcelo Ebrard, la interrogante versa sobre si se saldrá de Morena o se perfilaría como candidato del Frente Amplio porque los dirigentes ya se frotaban las manos después hacerle la atenta invitación ya que su candidata Xóchitl Gálvez no levanta.
Pocos conocen la verdadera personalidad de Marcelo, es una pieza muy valiosa del gobierno de la cuarta transformación y le reconocen su talento que ha beneficiado en mucho a la administración federal. Él sabe perfectamente que si se saliera perdería mucho y hasta el 25 por ciento de los encuestados que lo apoyaron no estarían de acuerdo y las posibilidades de que gane más afuera que adentro serían mínimas.
Por lo pronto anunció que creará una asociación civil para vertebrar su movimiento. Es una tarea larga para desembocar en un nuevo partido político aliado al que creara Andrés Manuel López Obrador. Permanecer en el guinda le garantiza la coordinación de senadores de ese grupo parlamentario en la próxima legislatura.
Puede dar como un hecho que se queda en Morena y la gente de su alrededor alcanzarán importantes logros y sería el candidato en el 2030.
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