El gran anhelo del Frente Amplio por México es que se uniera el partido Movimiento Ciudadano a la candidatura presidencial de Bertha Xóchitl Gálvez, en el caso de las elecciones de Veracruz es totalmente diferente, tanto por la gubernatura, senadurías y diputaciones federales y locales el coordinador nacional de MC, el exgobernador Dante Alfonso Delgado Rannauro sí participaría en esa coalición opositora.
El alvaradeño tiene fuertes compromisos con los futuros aspirantes del frente opositor no sólo por ser oponente partidista, sino fuertes lazos de amistad con varios de ellos Héctor Yunes, José Yunes, Fernando Yunes y Julen Rementería, entre tantos otros como de su propio instituto político como José Manuel del Río Virgen y Sergio Gil Rullán.
Se tienen informes a través de encuestas que el partido en el poder tiene serios problemas en la Ciudad de México y en los estados de Puebla y Veracruz.
El caso específico de la entidad veracruzana la división provocada por el secretario de gobierno Eric Cisneros Burgos en contra de Rocío Nahle García la persona que lo encumbró en el cargo estatal que tiene y la cuestionada gestión del gobernador Cuitláhuac García Jiménez se les hace más complicada la victoria electoral a pesar de la sólida estructura partidista que tiene el partido Morena.
De antemano se reconoce que serán las elecciones más competitivas los comicios del próximo año.
Como otro agregado para estas elecciones, está el clan de los Yunes azules que dominan la zona conurbana del puerto de Veracruz y Boca del Río quienes confirman que se la quieren jugar con la exsecretaria de Energía Nahle García, sin dejar de apoyar a Cisneros Burgos por ciertos acuerdos económicos lo que crea aún una mayor confusión, según lo aseguran los numerosos analistas políticos de café y las nuevas gargantas profundas de Xalapa.
Lo de los Yunes azules se desconoce a fondo cuál será su participación porque antes fueron tricolores y ahora se dicen guindas según sus intereses. El problema serio es la actitud prepotente de su líder patriarcal de ofender de manera grosera al presidente Andrés Manuel López Obrador y el silencio cómplice del gobierno estatal de Veracruz.
Se avecinan vientos huracanados en contra de la auditora general del Orfis Delia González Cobos, por las observaciones hechas al gobierno estatal en específico hacia algunas dependencias donde no comprueban sumas importantes de dinero público que se desconoce su destino.
En sexenios anteriores había cierta complicidad entre las autoridades estatales y municipales con los auditores del Orfis, en esta ocasión la línea de transparencia total del gobierno federal y de la Auditoría Superior de la Federación exigen que exista cero corrupción, aunado a que el año próximo habrá un cambio de gobierno en el estado de Veracruz y la auditora González Cobos no quiere dejar ningún problema.
Ella no anda buscando un cargo legislativo que le otorgue el fuero, como lo están haciendo de forma desesperada los funcionarios que van de salida.
Lo que sí podemos asegurar que este fin de año y el primer semestre del 2024 serán muy movidos e interesantes porque un buen número de la clase política veracruzana se van a dar a conocer como personas que no tienen principios y menos ideologías, con tal de conseguir hueso se pierde todo concepto de dignidad y del verdadero orgullo.
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