Un gran revuelo causó la invitación que le hicieron diputadas xalapeñas y el diputado, Juan Javier Gómez Cazarín al senador Ricardo Ahued Bardahuil para que participe en el proceso interno de Morena para designar al candidato por la presidencia municipal de la capital del estado.
En este espacio habíamos dicho que el exedil no veía con “malos ojos” volver a ser alcalde de Xalapa a pesar de que había confesado a algunos legisladores de que la militancia del partido que lo abanderó en el 2018 lo ha maltratado. Y eso no lo tenía muy convencido.
De hecho trascendió que la principal animadora para concretar la postulación es la secretaria de Energía, Rocío Nahle García. Lo que se desconoce es el trasfondo, pero es obvio, que una especie de influencia tiene la política veracruzana nacida en Zacatecas sobre el legislador, con quien corrieron el mismo proyecto por la senaduría.
Al menos una fuente digna de todo crédito contó que ambos personajes comieron en la Ciudad de México apenas en el pasado mes de diciembre.
La charla fue larga y en ella, el también empresario del plástico, además del tema de los agravios planteó que estaba disfrutando a sus nietos por lo que se le hacía difícil aceptar.
Incluso en esa mesa reconoció que la funcionaria federal es la candidata natural al 2024 y que estaba dispuesto a volver a caminar por el estado a su lado como lo hicieron en la campaña al Senado.
Incluso fue más allá, pues Ricardo Ahued deslizó una carta y sostuvo: “te propongo a Ernesto Pérez Astorga y me comprometo a hacer campaña con él para lograr que gane”.
La secretaria de Energía se quedó pensando y en respuesta sacó unas encuestas donde el exsecretario de Desarrollo Económico y senador suplente ganaba la alcaldía xalapeña, pero de manera muy apretada. Obviamente, frente al PAN, y en los ejercicios, también se hizo el estudio tomando en cuenta la alianza con el PRI y PRD.
“El único que garantiza el triunfo eres tú”, recibió como tajante respuesta el senador por parte de la exdiputada federal por el distrito de Coatzacoalcos.
Y para fundamentar su “invitación”, Rocío Nahle le hizo ver que a nivel nacional es una prioridad retener Xalapa, pero Ricardo Ahued seguía dubitativo.
¿Quieres que te lo pida “ya sabes quién”?, insistió la senadora con licencia.
Y entonces el rostro de Ricardo Ahued cambió y contestó: “No hace falta, si Morena me invita con gusto acepto”. Fue tal vez el “empujón” más importante para cristalizar el proyecto.
De esta situación se confirman dos cosas: el camino parece estar limpio para una mujer en el 2024 por parte de Morena; y por otro, que a pesar de que en el seno de ese partido se manejaba que la candidata natural, o de un grupo en el poder, era la legisladora Dorheny García Cayetano, era solo una cortina de humo, o si en verdad era la primera carta, entonces con mayor razón la suerte de Ahued Bardahuil ya está echada. Al menos, para la candidatura.
MUY EN CORTO
OPERATIVO TORMENTA AZUL. Tras la solicitud de licencia presentada por Bingen Rementería Molina al Congreso del Estado –para contender como abanderado del PAN a la alcaldía de Veracruz- cuentan que se desató la jauría política y mediática en la conurbación, particularmente en el emporio albiazul del puerto jarocho.
La efervescencia pasó a alterar el orden y la intranquilidad a cierta furia política, principalmente desde el centro del Palacio Municipal con lo que se armó un tinglado emergente implementado por el alcalde Fernando Yunes con el malsano propósito de imponer a toda costa a su hermano Miguelito, como ya se ha venido comentando.
Para lograr su objetivo, el actual alcalde porteño lanzó una ofensiva contra los militantes del partido azul que aún tienen empleo en la comuna local: O dan el voto a su hermano en la próxima convención interna o serán despedidos y perseguidos por el resto de sus días.
Aseguran que en este operativo llamado “Tormenta Azul” están involucrados personajes muy allegados al Clan Yunes, quienes además de utilizar la amenaza y el chantaje directo, cargan sendos maletines con fajos de billetes -para la compra de conciencias- y los expedientes de los panistas que buscan “convencer” para complacer las ambiciones político-electorales del junior exalcalde boqueño.
Algo similar al esquema que desplegaron durante la campaña para elección de gobernador en el 2018.
Sin embargo, lo que muchos de los militantes amenazados no saben es que ningún Yunes tiene el poder que presumen. Y ya ni son los tiempos ni las circunstancias, pero además tienen enfrente la mella que ha hecho Morena por otro lado, con su arrastre natural a través de los programas sociales.
Es decir, los comentarios que cada vez se afianzan más entre la militancia es que de los Yunes sus glorias ya pasaron y ahora amenazan con el petate del muerto a los verdaderos panistas que buscan y añoran reivindicar la ideología del partido, la cual estos Yunes, en muy poco tiempo, hicieron añicos.
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