De acuerdo con los pronósticos existentes hasta finales de mayo, la posibilidad de que los candidatos de MORENA y sus aliados ganaran de calle las elecciones del 24 era bastante elevada, a pesar de que quienes se promocionan en una campaña adelantada anuncian casi por obligación y quedar bien con el que manda, que con ellos seguiría la 4ª Transformación; no obstante, los escasos resultados obtenidos en algunos rubros y los rotundos fracasos en otros.
Pero con la propaganda diaria esparcida desde la mañanera, los cientos de espectaculares colocados, las miles de bardas pintadas con propaganda en todo el país, los miles de millones de pesos destinados a programas sociales, que no resuelven nada de fondo y solo promueven el asistencialismo para ganar votos, casi llegaron a dar la impresión de que la oposición estaba dormida y encaminada a la derrota.
Salvo una o dos gubernaturas, pocas alcaldías, diputaciones y senadurías que podía ganar, la presidencia de la república estaba prácticamente perdida para la inicialmente llamada Alianza Opositora; hasta que sucedió lo impensable.
Apareció de repente Xóchitl Gálvez, senadora de la República, Ingeniera de profesión, empresaria triunfa-dora que genera empleos; ejemplo de éxito a través del esfuerzo, la tenacidad y la superación; quien gracias a su temple logró salir de la extrema pobreza en que vivía en una pequeña comunidad indígena del estado de Hidalgo.
Su aspiración de convertirse en la primera mujer en presidir este país ha encendido las alarmas entre los aspirantes al mismo cargo que militan en MORENA y también devuelto la esperanza a un amplio sector de la comunidad que desea un cambio pero para mejorar, crecer, combatir la inseguridad y la pobreza; no a través del discurso vacío promotor del enfrentamiento; sino de la educación de calidad, la capacitación, la inversión y el empleo. La que considera como piedra angular de este proyecto el suprimir el divisionismo y la polarización social que tanto daño nos causan.
Resulta claro que no existe candidato o candidata perfecta, ni alguien que tenga garantizado el triunfo. Sin embargo, el caso de Xóchitl es francamente disruptivo y altamente competitivo. Su franqueza, su sonrisa amplia y auténtica, no acartonada ni fingida, su valentía para enfrentar la adversidad, su humildad para reconocer sus limitaciones y su deseo de rodearse siempre de gente más capaz que ella, la ubican como una muy probable ganadora si quienes forman el Frente Amplio por México deciden postularla como su candidata.
Habría que cuidarla para que no le vaya a pasar nada, ya que en la CDMX hace sus traslados en bicicleta y está expuesta siempre a un accidente debido al intenso tráfico o incluso a uno provocado por algún fanático.
¿No les parece a Ustedes?.
Muchas gracias y un buen fin de semana.
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