Repensar el presupuesto

Retomando el hilo de nuestra colaboración de la semana pasada y metiéndonos a la polémica desatada por la iniciativa del presidente López Obrador para modificar la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LPyRH), confirmo que estamos en situaciones inéditas y que tenemos que repensar nuestra forma de abordar todos los temas. En situaciones de emergencia, sin embargo, hay que tomar medidas urgentes para luego pasar a desarrollar nuevas maneras de hacer las cosas.

Ha habido declaraciones de la oposición de derecha acusando a López Obrador de querer añadir facultades extraordinarias al poder ejecutivo, de darle manos libres para que disponga del presupuesto e, incluso, de darle poderes extraconstitucionales que llevarían pronto a México a una dictadura.

Se miente de forma flagrante acudiendo al recurso del desconocimiento de la gente sobre estos temas y atizando temores infundados.

Hay que repetirlo con todas sus letras: La Ley de Presupuesto (LPyRH) ya contempla la atribución del Ejecutivo Federal para llevar a cabo modificaciones al presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados. Tan es así que una rápida revisión de las cuentas públicas de 2001 a la fecha nos muestra que los presupuestos ejercidos varían, y por mucho, de los aprobados. Veamos.

Durante el sexenio de Vicente Fox, el promedio de las modificaciones al presupuesto programable (en donde el mayor peso es del Ejecutivo Federal) fue de 9.5%, pero hay que decir que en su último año (2006) fue de…¡18.8%! En el gobierno de Felipe Calderón la variación promedio fue de 11%, pero el año en que varió más fue 2008, con 17.3%. Con Peña Nieto las modificaciones presupuestarias fueron similares:  8.7% en promedio y el pico en 2016, con 16.2% de variación entre lo aprobado y lo ejercido.

Tales modificaciones las hicieron con base en la atribución que les permite la ley, que nunca fue cuestionada con tamaños argumentos como los que ahora se exhiben ni diciendo que los ejecutivos de esos años estaban invadiendo la esfera constitucional de la Cámara de Diputados. Sólo la exacerbada oposición de la oposición, desesperada por detener la marcha de la 4T, los lleva a plantear tales despropósitos argumentativos que, por lógica, debería conducirlos a declarar que la actual Ley es inconstitucional y que fueron ilegales e ilegítimas todas las modificaciones que se hicieron en los sexenios anteriores.

El Presupuesto, en términos generales, es una previsión de gastos que corresponde a los ingresos que legalmente puede obtener el Estado de las contribuciones de sus ciudadanos y de otras fuentes. Pero la flexibilidad de ese presupuesto siempre ha sido amparada por la ley porque es evidente que durante su aplicación se pueden presentar multitud de situaciones que hagan variar tanto los recursos aplicados como las metas por cumplir.

La ley actual ya contempla diversos supuestos de adecuaciones derivadas de estas variaciones en los ingresos. El artículo 27 establece la posibilidad de compensar los menores ingresos de un rubro con los mayores ingresos de otros (fracción I); la alternativa de compensarlos utilizando el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (fracción II); hacer reducciones a dependencias, entidades, fondos y programas (fracción III, inciso a).

También establece la ley el procedimiento en caso de que los ingresos se reduzcan menos o más del 3% de los impuestos (ojo) establecidos en el calendario de la Ley de Ingresos. Pero en ningún caso se considera el supuesto de “emergencia económica” que, como lo estamos viviendo, es un evento de magnitud mayor y que necesita un tratamiento específico en la Ley. 

Por eso el Ejecutivo propone adicionar un artículo 27 Ter, para que el gobierno federal esté en mejores condiciones para responder a los cambios inmediatos (de urgencia), profundos (que tienen que ver no sólo con la menor recaudación de impuestos) y de largo alcance (no sólo de un mes, sino de varios) que se necesitan en la emergencia actual. Y lo hace atendiendo a la actual división de poderes. Ya después podremos repensar el presupuesto con otros alcances.

marco.a.medinaperez@gmail.com