Jorge Zepeda Paterson, en su columna de Milenio, Sin embargo funciona: “La violencia con la que actuó el crimen organizado recientemente, que incluyó el hecho inédito de ejecuciones al azar entre población inocente, ha provocado ríos de tinta, de decibeles y de gigabytes sobre los méritos y deméritos de la estrategia de seguridad pública del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Para los críticos, el salvajismo de la masacre en Ciudad Juárez y la simultaneidad de los ataques en varias regiones del país constituyen la más palpable muestra del fracaso de las políticas de la 4T en la materia. Para el gobierno, en cambio, expresan la desesperación de los líderes de las bandas por los golpes recibidos, tanto en decomisos como en aprehensiones, por parte de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional. La oposición asegura que el gobierno intenta minimizar la gravedad de los hechos; las autoridades insisten en que sus críticos buscan magnificarlos para convertirlos en factura política a toda costa. Ambas partes no han ahorrado los epítetos acostumbrados para descalificar a su adversario”.
Esa oposición mediática, financiada, ahora por grandes capitales, como el caso del “renacido” Ricardo Alemán que tuiteo con furia: “el terrorismo en diferentes estados fue ordenado por López Obrador para justificar la militarización del país”.
Tres entidades gobernadas por panistas y dantistas, como Guanajuato, Chihuahua y Jalisco, y un estado morenista, Baja California, Ricardo Alemán, moralmente destruido chachotero denunciado, exhibido y sacudido por los medios que lo albergaban, lo dijo contundente: “todo fue ordenado por AMLO a sus alisados del crimen organizado”.
El patrocinador del Va por México, patrón de los tres partidos, domesticados por el capital, Claudio equis: “AMLO es malo para resolver problemas y dar resultados, y bueno para mentir, derrochar, destruir y buscar excusas y culpables”.
El panista Marko Cortés, por consigna se fue directo: “con los abrazos del gobierno, el crimen organizado avanza y se expande, el país se está incendiando por los actos violentos registrados” en los estados gobernados por su partido, como Guanajuato, Chihuahua y Tamaulipas.
Y así se desatan, curiosamente, otros voceros proclives al moche, ahora trasnacional, de esos capitales que añoran el retorno de los brujos. Lo sucedido como la detención a grupos delincuenciales y sus cabecillas, y su reacción violenta, sin duda, por impotencia y enojo contra la población civil en tiendas Oxxos, autobuses de transporte público, vehículos particulares y mujeres y niños.
Reacción absurda, si reconocemos que desde Salinas de Gortari, se abrieron las puertas al crimen organizado, los gobiernos anteriores dicen que decían “aquí pasas pero no te quedas”, y con el salinismo proliferaron la venta de drogas en escuelas, bares, calles y bulevares en toda la república. Con Zedillo se moderó un poco, pero el cinismo de Fox, unido al descaro y complicidad evidente de Calderón se abrieron plenamente a los grupos delincuenciales. Con Peña Nieto la evidencia más contundente, en contra de la estúpida -verdad histórica- no ha sido la detención de Murillo Karán, su auto, sino que el motivo de la masacre de los 43 estudiantes normalistas fue el grave error de abordar y tomar el autobús número cinco, cargado de dinero y drogas como lo estableció Aristegui Noticias: “ El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que analizó la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, encontró irregularidades, contradicciones y graves omisiones por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) en la reconstrucción oficial de los hechos -calificada en su momento como “la verdad histórica”- en torno a la existencia de un quinto autobús. De acuerdo con el análisis del GIEI, el gobierno mexicano debería subsanar esas deficiencias y abrir una nueva línea de investigación, ya que los estudiantes pudieron tomar, sin saberlo, un autobús en el que el cártel llamado “Guerreros Unidos” pudo transportar heroína o ganancias de la venta de drogas hacia Chicago, Estados Unidos. A lo largo del expediente, los especialistas detallan el contenido de testimonios recogidos de los estudiantes sobrevivientes y del operador del camión 3278 de la empresa Estrella Roja, en el sentido de que ese autobús fue primero interceptado y luego custodiado por policías federales”. Versión publicada antes por Anabel Hernández y Álvaro Delgado y sobre todo José Reveles, autor del libro “échale la culpa la heroína” ese quinto autobús cargado de todo. Que inculpa a Osorio Chong, al ex secretario de la defensa Cienfuegos y al propio Peña Nieto, con su vicepresidente Videgaray.
La relación del crimen organizado con los distintos gobiernos neoliberales ha sido abordado por el veracruzano, egresado de la FACICO, Ricardo Ravelo en sus once libros publicados, pero sobre todo, esa relación se hace evidente en su último libro Los Narcopolíticos, donde se analiza la relación del narco con los gobiernos del PANPRI, ya que el PRD es inexistente.
Pugnar contra el narco, combatirlo, abatirlo no es estar en favor. Los abrazos no llegan a ese nivel. El pasado neoliberal permitió todo sus voceros actuales, que revierten la verdad, no la histórica sino la real.
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