Desde que inició la búsqueda de la candidatura a la alcaldía de Xalapa por la vía independiente, sin partido, el ex rector de la Universidad Veracruzana Raúl Arias Lovillo sabía perfectamente que comenzaría un camino cuesta arriba, tortuoso, desigual, en desventaja e incierto.
La empresa de Arias Lovillo se antojaba muy complicada: en poco menos de un mes debía acreditar ante el órgano electoral el apoyo de unos 12 mil xalapeños.
Cada día, durante el periodo de búsqueda de adhesiones ciudadanas, el académico necesitaba 420 firmas de apoyo.
Hace poco menos de un mes, en este espacio escribía que cada hora, desde las 8:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche, Raúl Arias necesitaba 30 muestras de apoyo en la aplicación Ciudadano INE, una plataforma que acusaba fallas y limitaciones y que, además, si representaba un pequeño problema para un usuario entrenado, era un imposible para el común de la población.
Cada dos minutos, Arias Lovillo necesitaba una firma. Contó para ello con un equipo de promotores, pero evidentemente fue insuficiente: no logró el objetivo, porque además, el primer reto era capacitar a los promotores en el uso de la aplicación del INE y, para completar el cuadro adverso, cada día que pasaba sin las firmas aumentaba la cuota por los días siguientes, hasta que ésta fue insalvable.
Unos días antes de cumplirse la fecha límite, el ex rector comprendió que sin una prórroga en el plazo por parte del órgano electoral, sería imposible lograr la candidatura independiente.
La ampliación del plazo fue autorizada, pero ésta sólo fue de seis días; por ello decidió declinar.
Antes de dicha decisión, Raúl Arias recibió la llamada de la dirigencia del Movimiento Ciudadano, que le invitó a sumarse a dicho partido, que le postularía como candidato a la presidencia municipal de Xalapa.
Entretanto, otras fuerzas políticas buscaron al prestigioso académico para extenderle una invitación similar; al final, parece que Arias Lovillo se inscribe por el partido que tiene como máximo líder al ex gobernador Dante Delgado.
Habría que comentar que el único aspirante que se manejaba al interior de MC era Luis Sardiña Salgado, quien sería el personaje sacrificado por el partido.
Al final, si bien Raúl Arias y la dirigencia del MC todavía no ultiman los detalles de dicha postulación, es prácticamente un hecho que veremos al ex rector de la UV enarbolando la bandera naranja.
El partido de Dante Delgado lograría fichar –si se permite un término futbolero– a un personaje respetado en la academia y en general, en el ambiente universitario de Veracruz y particularmente de Xalapa.
El problema para la causa del académico es que el partido que le postularía representa en la actualidad muy poco en términos electorales; en las elecciones municipales de 2017, el Movimiento Ciudadano, con Carlos Luna Escudero, no logró más de 6 mil sufragios; se ubicó en cuarto lugar y, de hecho, hubo más votos nulos que los conseguidos por el movimiento naranja.
Antes, en el proceso de 2013, Dulce María Dauzón obtuvo más de 25 mil pero quedó en la tercera posición. Ganó el PRI con Américo Zúñiga Martínez –el último alcalde priista de Xalapa–; y el PAN, con Abel Cuevas Melo, se ubicó en segundo.
De hecho, para remontarnos al mejor resultado del MC en Xalapa habría que retroceder más de dos décadas: Reynaldo Escobar Pérez ganó la elección por Convergencia por la Democracia en 2000, pero después renunció a dicho partido para declararse priista.
Esa es la fuerza política que postularía a la alcaldía a Raúl Arias Lovillo, quien cargaría sobre su espalda con todo el peso de la elección, a falta de un partido fuerte que le postule. Lo cierto es que un personaje de estas características, sin duda elevaría el nivel del debate en este proceso. @luisromero85
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