Protección de las tortugas marinas

México es considerado el país de las tortugas marinas, mantiene vigente su estrategia para operar y dar seguimiento al desarrollo del Programa Nacional para la Conservación de Tortugas Marinas, siete de las ocho especies reconocidas en el mundo anidan en las playas de México.

Veracruz es un estado privilegiado por la naturaleza, pues a sus costas arriban 5 de las 7 especies de tortugas marinas registradas a la fecha en alrededor de 33 playas de anidación, dando cobertura desde el Río Pánuco hasta Coatzacoalcos y donde técnicos de diversas comunidades, organizaciones civiles, empresas, municipios, autoridades locales y de la Semarnat-Conanp, implementan estrategias para la conservación de esta especie marina, mismas que están catalogadas bajo un estatus de riesgo o en peligro de extinción, dependiendo su tipo de especie, según la NOM-059-SEMARNAT-2010, esto ocasionado principalmente por la pesca incidental, la alteración y pérdida de su hábitat, sobreexplotación, saqueo de huevos con fines comerciales y de subsistencia.

Esta labor se lleva a cabo gracias al “Grupo Tortuguero del Estado de Veracruz”, el trabajo que este grupo de personas realiza es a través del cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-162-SEMARNAT-2012, que indica las especificaciones para protección, recuperación y manejo de las tortugas marinas en su hábitat de anidación.

La temporada de arribazón-anidación suele ser de abril a junio de cada año, cuando las diversas especies vuelven a las playas para continuar con su ciclo de reproducción.

La pesca con redes donde quedan atrapadas, el cambio en la temperatura de los océanos, los derrames de petróleo, la reducción o desaparición de ecosistemas y el aumento del turismo en las playas donde desovan hacen que las tortugas marinas estén gravemente amenazadas y en riesgo de desaparecer.

El cambio climático también juega un papel muy importante, pues la alteración de la temperatura en el agua afecta su ruta migratoria y su desplazamiento.

Los residuos sólidos flotantes también son un problema para ellas; además, la caza furtiva, ya sea por obtener un recurso ilegal por la venta de huevos o del tráfico clandestino de especies adultas para el aprovechamiento de su carne y otros derivados.

La participación de las comunidades locales en el manejo de las playas de anidamiento ha tenido un gran éxito en su desarrollo local al hacer un uso no extractivo de las mismas tortugas.

Se han desarrollado programas que coadyuvan en la protección de las tortugas y al mismo tiempo los habitantes de estas zonas reciben ingresos adicionales que apuntalan sus economías.

Por lo que es necesario Involucrar a más personas de la sociedad civil en los procesos de conservación de las tortugas marinas, es por medio de programas de conservación adoptados por las comunidades creando un conocimiento técnico y promoviendo una conciencia pública cada vez mayor en este sentido, lo cual establecería las competencias legales y administrativas, tanto en el ámbito terrestre como marino, para velar por el cumplimiento de la legislación, lo que permitiría tomar las medidas necesarias para la protección y conservación de esta especie carismática y sumamente atractivas como lo son las tortugas marinas.

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