En lo que parece la crónica de una muerte anunciada, el PRD está a punto de perder su registro local en Veracruz y, por consiguiente, sus prerrogativas, lo que debe significar un duro golpe para quienes han hecho de la dirigencia de ese partido una forma de vida.
Con sólo 92 mil votos en la elección para diputados, el Partido de la Revolución Democrática no llega ni siquiera al 2.7 por ciento de la votación total.
Su destino parece la desaparición, por lo que en los términos del ley, la autoridad electoral, a través de su Unidad de Fiscalización, procedería a realizar los procedimientos de prevención y liquidación contable y administrativa del patrimonio del partido.
En febrero del presente año, por ejemplo, corrieron la misma suerte cuatro partidos locales: Todos por Veracruz, Cardenista, Podemos y Unidad Ciudadana, que ya fueron finiquitados.
Antes de su liquidación, los partidos que no lograron el 3 por ciento de los votos en la elección de 2021 debieron cumplir con todas sus obligaciones: trabajadores, impuestos, sanciones ante el Instituto Nacional Electoral, proveedores y acreedores.
En el caso del PRD –y de Fuerza por México, que tampoco alcanzó el porcentaje requerido para mantenerse como partido local– ocurrirá lo mismo, una fase de liquidación, con lo que se concretará oficialmente su desaparición.
En Veracruz, en la elección para diputados locales probablemente los candidatos perredistas eran el Talón de Aquiles de la alianza opositora.
En los términos de la coalición con PAN y PRI, el Sol Azteca postuló candidatos en cuatro distritos locales electorales: Mariano Romero, por Papantla; Miriam Lagunes, por Martínez de la Torre; Vania Párez, por Río Blanco; y Argenis Vázquez, por Santiago Tuxtla. Ninguno de ellos estuvo siquiera cerca de alcanzar la victoria en este proceso.
En Papantla, sin contar con los sufragios para PAN y PRI, el PRD logró 11 mil 112 votos; en Martínez, 6 mil 89; en Río Blanco, 3 mil 662; y en Santiago Tuxtla, 8 mil 752 votos. Entre los candidatos de dichos distritos, el papanteco fue el de mayor porcentaje, con 9.3 por ciento.
Entre los cuatro candidatos perredistas no aportaron ni 30 mil votos para su partido; sin embargo, por ejemplo, de los 33 mil sufragios cosechados por Mariano Romero, casi 13 mil fueron para Acción Nacional; y para el PRI, más de 9 mil 200.
Algo parecido ocurrió en el distrito de Martínez de la Torre: de los 25 mil sufragios que obtuvo Miriam Lagunes, más de la mitad fueron a través del PAN; y 6 mil 351, para el PRI.
Algo similar ocurrió en Río Blanco y Santiago Tuxtla: los ciudadanos que votaron por la alianza, lo hicieron cruzando el logotipo de PAN o PRI, pero no el del PRD.
El resultado final fueron menos de 93 mil votos para el Sol Azteca en la contienda por las diputaciones.
Terminó así lo que comenzó en la elección local de 2016, cuando el PRD participó por primera vez en Veracruz en una alianza con Acción Nacional, partido que absorbió a lo poco que quedaba del perredismo estatal.
Sergio Cadena y compañía pasarán a la historia estatal como la dirigencia que no supo o no pudo mantener con vida a esa fuerza política.
Lo predecible en los próximos meses, una vez que se oficialice la pérdida del registro, es el saqueo de los pocos bienes de un partido que desde hace más de una década era en Veracruz un barco a la deriva; hoy, ese navío que entró al mar de la política mexicana en 1989, fundado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Gilberto Rincón Gallardo, Amalia García, Heberto Castillo y Andrés Manuel López Obrador, ya está hundido.
@luisromero85
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