Trascendió que será a finales del presente mes cuando el Pleno del Senado de la República vote la elección del nuevo magistrado que ocupará la vacante existente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La terna está integrada por Bernardo Bátiz Vázquez, Eva Verónica de Gyvés Zárate y Loretta Ortiz Ahlf, quienes -el pasado 16 de noviembre- formalmente fueron propuestos por el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo cual oportunamente se informó por la titular del senado mexicano, Olga Sánchez Cordero.
Para ello, el pasado viernes sesionó la Comisión de Justicia de dicho órgano legislativo, cuyos miembros realizaron las entrevistas correspondientes a los tres aspirantes, quienes, dicho por Sánchez Cordero, son “personas honorables y capacitadas para la posición de ministro”.
La pregunta estriba en ¿qué tiene de relevante para la grilla veracruzana un asunto que pareciera una acción de rutina en el ejercicio legislativo?
Pues la respuesta va en el sentido de que para elegir al nuevo Magistrado se requiere mayoría calificada de los senadores y que para el bloque opositor (PAN, PRI, PRD, MC) era muy necesario el voto de la panista Indira Rosales San Román, quien al dejar el escaño para echar grilla en Veracruz -compitiendo en la elección interna del comité estatal del PAN-, sospechosamente inclinó la balanza a favor de la causa morenista.
Es decir, como se dice por ahí, hay plan con mañana o más claro: En política no hay casualidades.
Es evidente que con la maniobra ordenada por los Yunes a su alfil Indira Rosales se fue al precipicio el propósito de los “conservadores” -etiquetados así por López Obrador-, de evitar que el presidente se adueñe del control del Poder Judicial de la Federación, pues el sufragio de la panista era crucial.
Y ahora, de cara a la elección de la nueva dirigencia del panismo veracruzano, con qué calidad moral Indira pedirá el voto a los militantes, cuando con sus acciones, llenas de sospechosismo y plagadas de intereses obscuros a favor de sus “jefes” del clan, los Yunes, está debilitando al PAN y al bloque opositor en su lucha contra Morena.
Sin duda que al interior del PAN es evidente que los Yunes saben muy bien que con esto quedaron nuevamente al descubierto sus pactos mezquinos con Morena para blindarse y evitar acciones legales en su contra.
Pero se afirma que es tanta la desesperación que cunde en ese equipo -lo cual hace que estén dando palos de ciego-, que ordenaron a la ahora aspirante a la segunda posición del CDE del PAN, que posteara en sus redes sociales una foto con su pequeño hijo, en donde ambos se ven dentro de las instalaciones del senado mexicano.
Y esto ante la reacción de enojo de algunos reconocidos panistas de la élite nacional sobre el hecho misterioso y sospechoso de haber dejado la curul y pasarle la estafeta a su suplente, que se convirtió en morenista.
La idea de la foto, evidentemente, era lanzar un falso mensaje de que ella aún tiene injerencia en las decisiones que se tomen en el órgano legislativo, pero la realidad es que dicha fotografía no es reciente, pues desde que regaló el escaño a Morena, ya no le permiten el acceso a la oficina que ahora ocupa precisamente la sureña y morenista, Fabiola Vázquez Saut.
MUY EN CORTO
FINANCIAMIENTO EVIDENTE A TITO DELFIN. Aseguran que, por otro lado, una vez más el Clan Yunes sabe para qué sirve el dinero.
El desviarlo es su deporte favorito. Luego dicen que el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (Orfis) los trae en “la mira” como una persecución política.
La campaña de su “empleado” Tito Delfín a la dirigencia estatal del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Acción Nacional (PAN), según las versiones, se está financiado con recursos de los ayuntamientos de Veracruz y Boca del Río.
El 19 de ese último mes se llevará a cabo la elección a la dirigencia estatal del PAN que por el otro lado la busca Joaquín Guzmán Avilés, “el Chapito”.
Y posiblemente para esa fecha el INE y los tribunales electorales hayan fallado a favor del PAN o de Morena respecto a la elección municipal de Veracruz que se encuentra impugnada.
El apoyo hacia el candidato de los Yunes azules, Tito Delfín y su fiel escudera Indira Rosales San Román es la última carta que se juegan en territorio veracruzano.
De esta forma el 2022 podría ser para el clan el destierro o encierro si las cosas no le favorecen.
A muchos panistas en corto se les ha escuchado decir que los Yunes “no tienen llenadera”.
Dicen que es lamentable que incluso, falten a los compromisos para los que fueron elegidos, traicionando a los veracruzanos que votaron por ellos, como el caso de la senadora Indira Rosales, quien como se ha dicho arriba, dejó votado su encargo y cedió un lugar a los de Morena, para venir a operar una elección interna.
Eso es lo que ha acrecentado la fractura interna del PAN pues no les perdonan que antepongan sus intereses personales y de grupo, y están por encima de su compromiso con los veracruzanos.
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