Pues como se había abundado ya con anticipación, los diputados federales morenistas convirtieron el recinto legislativo de San Lázaro en un desfile de presidenciables o como el presidente los definió de “corcholatas”, adjetivo con el que simple y sencillamente Ricardo Monreal dijo no encajar, al calificarlo de ofensivo, en fin, que como nunca antes se había visto aquel Poder se convirtió en el centro de destape, no solo de aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador, sino hasta de quienes buscan una gubernatura.
Y es que bajo la justificación de su reunión plenaria para definir la agenda legislativa del próximo periodo de sesiones el grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados le abrió la puerta a las “corcholatas”, el pasado jueves 25 y viernes 26 de agosto en el Palacio de San Lázaro. Ahí se dieron cita Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard.
Así, el viernes, el ultimo es desfilar fue el canciller Marcelo Ebrard, quien fue recibido en el recinto legislativo entre aplausos y al grito de "¡presidente!" por diputados de Morena previo a su participación en la reunión plenaria. Ahí medios de comunicación le preguntaron de sus compañeros de trabajo y también aspirante y él dijo “somos amigos, somos compañeros desde hace muchos años” asegurando que no hablará mal de sus rivales políticos: la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Eso sí, agradeció la recepción que le dio un grupo de legisladores de San Lázaro, quienes entre gritos de “¡presidente!, ¡presidente!; ¡unidad!, ¡unidad!” y una manta con la leyenda “Marcelo, mi carnal, lo ovacionaron. Antes, el jueves le toco el turno a Claudia y Adán Augusto quienes el mismo día midieron fuerzas, pero fue la funcionaria capitalina quien llevaba mas porras.
Ambos, aspirantes presidenciales fueron vitoreadas y recibieron apoyo al grito de ‘presidente, presidente’ y ‘presidenta, presidenta’. Adán Augusto agradeció las muestras de afecto de parlamentarios, pero dijo a través de sus redes sociales que era momento de unidad “seguimos trabajando y no hay moratoria que valga para transformar este país, desde el Congreso hasta las calles”.
Y es que, el encargado de la política interna del país fue el primero en desfilar; ahí el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, presentó al funcionario ante periodistas como “el gran secretario de gobernación, eficiente, eficaz, inteligente, hábil, con pericia”. Se desvivió en halagos.
Mas tarde, fue turno para la jefa de gobierno capitalina, quien en su intervención en San Lázaro hizo un balance de los logros de su administración en la Ciudad de México y llamó a la unión a los legisladores de Morena, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT).
En Morena “no hay nada que nos divida, nada”, dijo Sheinbaum. Y ante los constantes gritos de “presidenta, presidenta” la funcionaria aclaró: “¡No, no! Estamos aquí para hablar de otra cosa” y así convirtió su discurso en halagos al presidente a quien califico como el mejor de la época moderna, motivo por el cual dijo hoy “todos tenemos una tarea”, hoy “el presidente tiene el 70 por ciento de popularidad” el reto dijo, es que de aquí a septiembre del 2024 cuente con el 85 por ciento y les advirtió es tarea de todos y de todas.
Así trascurrió el desfile de presidenciables. Donde San Lázaro se transformo en una casa de campaña y dio paso a los aspirantes, que más allá de diálogos institucionales, llamaron a la unidad del partido y a trabajar en mejorar la imagen del presidente. Es decir, no se trató de construir una agenda en beneficio de la ciudadanía, sino de fortalecer a Morena y a su líder con miras a 2024.
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