Es normal la preocupación del sector empresarial de Veracruz que espera que se difieran los pagos de impuestos y los gastos de la energía eléctrica como una medida de apoyo para dicho sector.
José Manuel Urreta presidente del Consejo Empresarial considera prioritario estos ajustes del cinturón del gobierno a fin de que no pierdan los empleos. También se inclinó por auxiliar a las grandes empresas ya que constituyen una extensa cadena con la mediana y pequeña industria. Por que si ellas colapsan se dará una afectación en cascada.
La respuesta del ejecutivo federal fue contundente si no reciben el pago de impuestos con que dinero podrán ayudar los programas sociales establecidos.
En el informe presidencial faltó un sector muy importante que es el de la clase media, que ni son pobres, ni tampoco son ricos. Nunca se ocultó que los recursos federales disponibles no serán para rescatar bancos ni convertir en públicas deudas privadas como lo hicieron el Fobaproa del priísta de Ernesto Zedillo.
Un modelo económico que sólo beneficia a minorías no produce ningún bienestar general; al contrario, engendra violencia y miseria.
Fueron años muy especiales a favor de los barones del dinero, desde Salinas de Gortari que les regresó la banca y con Vicente Fox que promovió su extranjerización. Todo aderezado con la masiva devolución de impuestos, exenciones fiscales y jugosos negocios a costillas de la nación, que colocó a México en la lona.
Acumularon los grandes empresarios en esa época del neoliberalismo fortunas de los cuentos de hadas. Por eso ahora se quejan porque no les dan nada.
Para Veracruz el mensaje fue muy conveniente porque seguirán las obras del tren interoceánico y la rehabilitación del puerto de Coatzacoalcos.
Remachó López Obrador en varias ocasiones que lo más importante es el bienestar del pueblo mexicano y después de que pase la crisis seguirá con lo mismo de seguir apoyando a los pobres y a los adultos mayores.
Rechazó incurrir en los millonarios préstamos de financieras extranjeras. Una deuda que con Enrique Peña Nieto ascendió a diez billones de pesos y que se tienen que pagar 70 mil millones cada año de puros intereses.
Al día siguiente que dio su informe López Obrador uniformó a los columnistas que son sus acérrimos adversarios y no hubo de los periódicos El Universal y Excélsior, que escribiera a favor de las medidas adoptadas y es que ellos responden a las diversas cámaras empresariales que los subvencionan.
Actitud muy diferente a La Jornada que defendió el plan de austeridad y el estado de ruinas en que se encontraba el sector salud en los gobiernos neoliberales, lo grave es que dio a conocer que numerosos médicos mexicanos han abandonado los hospitales privados para refugiarse en sus casas, otros se justifican por enfermedad, avanzada edad y embarazo.
Hay que reconocer a los médicos no adscritos a combatir el virus, que siguen atendiendo a los enfermos habituales que asisten al Seguro social, donde en promedio dan consulta a 20 personas corriendo un grave riesgo ellos y para esa población que viaja en autobuses y salen a la calle cuando debieran estar confinados.
Hace días se dio el primer caso positivo de una persona que labora en uno de los hospitales del IMSS del puerto de Veracruz, que dio mucha tristeza y zozobra a los cientos de personas que allí laboran.
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