Lamentable fue el asesinato de Alejandro Naredo, quien era presidente del Comité Municipal del PRD en el municipio de Cuitláhuac, y se le consideraba dirigente regional de ese partido. Aunque algunas otras versiones señalan que ya no ejercía el liderazgo.
Sin embargo, era un reconocido activista, y además tenía los oficios de músico y taxista. Es un crimen artero que se suma a la espiral de violencia que se vive en Veracruz y en el país.
Por ser reconocido en su localidad y ultimado a balazos en la vía pública lo ocurrido retumbó más en la opinión pública.
Algo que sin duda no le resta importancia al hecho que a cualquier otro asesinato violento que forma parte de las estadísticas.
Pero de ello, vino el inmediato pronunciamiento de los dirigentes políticos a nivel nacional de PRI y PRD, que se dieron un tiempo para, este fin de semana, lanzarse con todo enarbolando el crimen de uno de los militantes en el caso del partido del Sol Azteca, que su líder nacional, Jesús Zambrano, seguramente ni lo conocía.
A esto se le suma la postura del presidente del CEN del PRI, Alejandro Morena que de igual forma ni tardo ni perezoso aprovechó para acarrear agua a su molino.
Y es que los señalamientos de “Alito” Moreno y de Zambrano no pueden tener otro significativo más que el del oportunismo, el de explotar el caso para llevarlo al plano político, cuando se desconoce de todo a todo, el móvil del homicidio, ocurrido la mañana de este sábado.
“Es la nueva víctima política de este violento proceso electoral”, dijo Zambrano. Cuántas víctimas existen al momento de unas elecciones que apenas se encuentran en su etapa de precampaña, y que en las siguientes semanas estará iniciando ya la campaña formal.
Se trata de un proceso electoral para definir a su gobernador y a 50 diputados que tendrá lugar el próximo 2 de junio junto con comicios en otros ocho estados de la República.
Pero el líder perredista a nivel nacional ya encartó el tema de Naredo en una conclusión de que se trata de un asunto de tipo político-electoral adelantándose a las investigaciones ministeriales, resolviendo la carpeta del caso con un plumazo, con una frase, y en una total falta de respeto al dolor de la familia. A quienes se dirigió condenando enérgicamente por el “fatal hecho violento”.
Y si no lleva todo el interés de ganar imagen que cerró su comentario en redes sociales con la pregunta: “¿Cuántos muertos más @Lópezobrador_ para que cambies tu estúpida estrategia de complicidad con la delincuencia?”.
El dirigente deberá esperar a que se agoten las líneas de investigación y no alterar con su ambición e hipótesis la seriedad que requiere el lamentable hecho que ha enlutado a una familia de alguien querido, y reconocido, como lo era esta persona de oficio además músico y taxista.
En tanto, Moreno Cárdenas, se sumó también casi al momento al oportunismo perredista y lanzó que se debe garantizar un clima de paz, armonía y tranquilidad en México.
“Hay un clima de inseguridad para las familias de Veracruz, como en todo el país”, afirmó el líder nacional del tricolor, sentenció de igual manera, el famoso “Alito”.
No cabe duda que si el estilo o estrategia de los dinosaurios políticos de PRI Y PRD no cambia, seguirán abonando a más de lo mismo, al hartazgo, a la simulación y jalar agua para el molino cada vez que pueden.
Al menos en Veracruz hasta hoy no siguieron el juego los actores políticos estatales y que mejor porque a Pepe Yunes le saldría peor que ambos partidos o incluso el PAN se sumaran a hacer el caldo gordo.
Es indudable que existe violencia y la inseguridad es el gran pendiente pero no pueden colgarse de esta forma en hechos que son lamentable de por sí y darle ya un sesgo político cuando apenas los familiares están identificando el cuerpo.
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