En los círculos más altos del poder político en Veracruz ha trascendido que la decisión ya fue tomada: la salida de la consejera presidenta del OPLE, Marisol Alicia Delgadillo Morales, es inminente. ¿Las razones? No sólo las omisiones legales y administrativas que cometió, el evidente desaseo, la nula capacidad de operación y, también, las dudas sobre a quién realmente sirvió o por qué permitió que manos ajenas al grupo gobernante se metieran hasta la cocina del instituto electoral local.
No hay duda que el pasado proceso comicial fue una prueba de fuego que la maestra en Derecho Electoral y Doctora en Administración de Negocios no cumplió. La titular del OPLE, que rindió protesta el 4 de septiembre de 2022, arropada por el círculo del poder en turno, con Eric Cisneros y José Luis Lima Franco –a la sazón titulares de la Segob y Sefiplan– en primera fila, estaría por abandonar esta semana su oficina de Juárez 69 en la capital veracruzana.
En entrevistas aquí y allá, la Consejera Presidenta ha presumido que se preparó durante más de 20 años para dirigir la institución electoral de la entidad veracruzana. Sin embargo, fue rebasada por las circunstancias, por la realidad y la sospecha de tratar de servir a dos amos. El desaseo del pasado proceso electoral ha puesto en duda la capacidad operativa del OPLE, quedándole a deber al grupo político que gobierna la entidad.
La caída del sistema de cómputo de la elección judicial fue el acabose. Ante su deficiente actuar ante tal circunstancia, la sospecha del fraude dejó mal parada a la entidad y el principal responsable es el OPLE Veracruz que dirige Delgadillo Morales.
Hoy, propios y extraños señalan las complicidades de Marisol y su director de Servicios Informáticos, cuya experiencia previa en esa área es haber sido asesor de la consejera Mabel Aseret Hernández Meneses. Ambas consejeras se han negado a la salida de quien fue el autor material del sistema que se cayó como el de la polémica elección del expresidente Carlos Salinas de Gortari en 1988.
La única explicación lógica es la complicidad en la acción o en la omisión de una serie de actos que tienen al OPLE Veracruz en el descrédito ciudadano.
Pieza fundamental de estas complicidades es Amara Anaya García, la directora de Recursos Materiales del OPLE, quien tiene el récord del órgano electoral del mayor número de compras sin licitación, a quien la Consejera Presidenta ha solapado hasta el cansancio, atreviéndose a reservar información que debería ser pública, a través de la cual se puede dar cuenta de los tres proveedores favoritos de la funcionaria. Así, por ejemplo, asigna guantes, remodelaciones, organizaciones de convivios, renta de vehículos y –sorpréndase– la elaboración de prototipos de urnas electrónicas a un solo proveedor, un cubano despedido en el sexenio de Javier Duarte de manera escandalosa.
Para colmo, en el caso del cómputo en las elecciones de Poza Rica y Papantla, Movimiento Ciudadano ha evidenciado una serie de irregularidades toleradas por la Consejera Presidenta que han llevado a la presentación de denuncias en contra de funcionarios electorales de aquellos municipios propuestos por Marisol Delgadillo, denuncias que han puesto al descubierto pifias como el "extravío" de las llaves de la bodega donde se resguardaban los paquetes electorales en la antigua Petrópolis.
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad
Reservados todos los derechos 2025 |