Lo que sucede hoy con Ucrania-Rusia ante la OTAN, Gran Bretaña y Estados Unidos, es exactamente lo que sucedió en los años sesenta, durante la administración de John F. Kennedy y los misiles soviéticos en Cuba. Putin hoy reclama lo mismo, que no se instalen armas nucleares cerca de su territorio. La posición de Occidente ha sido rechazar el dialogo con el clásico Laisser faire para que Rusia inicie su operación militar especial y así ellos lanzar su respuesta al ahogamiento económico.
Desde su creación, EEUU ha invadido unos 70 países y desde 1945, alrededor de 50. Ver la lista de países invadidos y bombardeados por fuerzas de EEUU (navales, terrestres y aéreas): (http://misiones.minrex.gob.cu/es/articulo/lista-de-paises-bombardeados-por-estados-unidos-desde-el-final-de-la-ii-guerra-mundial).
En 1914 intervino en Ucrania para producir armas biológicas y nucleares. Lo más reciente: Pakistán y Libia en 2015 y Siria en 2016, ante su gran fracaso bélico en Vietnam, Irak y Afganistán.
“El costo humano de estas intervenciones estadounidenses ha sido enorme. Un importante componente de las muertes relacionadas con las guerras o el dominio es el de las muertes evitables debidas a las privaciones impuestas violentamente. Desde 1950, la ONU ha proporcionado datos demográficos detallados que han permitido calcular estas muertes evitables, año tras año, para cada país. Las muertes evitables en el periodo 1950-2016 totalizan 1,300 millones en todo el mundo, 1,200 millones en países no europeos y 600 millones en países musulmanes, siendo esta última carnicería 100 veces más grande que la provoca-da por el Holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial (5-6 millones de judíos asesinados) o el “olvidado” holocausto bengalí en el que los británicos, junto con Australia, mataron deliberadamente de hambre a más de 6 millones de indios por motivos estratégicos”. (Criterio.hn).
Así, en el periodo 1950-2016, ha habido 82 millones de muertes evitables producto de privaciones (mortalidad evitable, exceso de muertes, exceso de mortalidad, muertos que no tenían que haberse producido), asociadas con países ocupados por EEUU en el periodo posterior a 1945. Sin embargo, EEUU ha subcontratado una gran cantidad de violencia con el estado terrorista, racista y sionista de Israel: La agresión israelí ha estado asociada en el periodo 1950-2016 con 24 millones de muertes evitables en los países que ha atacado u ocupado violentamente, una carnicería similar a la causada por los nazis alemanes en Rusia durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy vuelve a intervenir en Ucrania: “Actualmente, no es un asunto solo militar o territorial quién también tiene un papel fundamental en el control en términos económicos y energéticos. Hasta ahora, el paso del gas ruso hasta Europa depende de las cañerías ucranianas; de aquí el interés norteamericano y ucraniano de negarse a la construcción del Nord Stream 2, un gasoducto que tiene que circunvalar a Ucrania para llegar hasta Alemania. La alianza Washington-Kíev en este punto también es capital: los unos para tener bajo control uno de los elementos rusos del que dependen sus aliados europeos, los otros por los beneficios económicos que les supone”. (Le Monde Diplomatique).
Para Alfredo Jalife, experto internacionalista: “En una guerra hay varias guerras y en el caso del conflicto entre Ucrania y Rusia, agregó, al golpeteo financiero se suman la guerra de la desinformación, la guerra de las redes sociales, la guerra cibernética, entre otras maniobras. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó que la alternativa a las sanciones financieras contra Rusia sería la tercera guerra mundial, disputada en términos nucleares, lo que significaría el fin de la humanidad. La situación en Ucrania, generará una hiperinflación de energéticos y de los alimentos, dado que el país es una potencia agrícola con la mejor tierra fértil del mundo, con un comercio amplio con China, cuya producción se vincula al uso de gas natural. Además esta hiperinflación golpea el bolsillo del ciudadano estadounidense. Ya en abril de 2021 Rusia vaticinaba la posibilidad de ser excluida del SWIFT. La Unión Europea aseguró que congelar activos del Banco Central de Rusia por 650.000 millones de dólares, una dinámica que ya ha ejercido Estados Unidos contra Irán y Afganistán”.
La guerra real, que apenas comienza, se alimenta con la destrucción de la economía global: la de los poseedores de los recursos energéticos, agroindustriales, mineros, forestales y pesqueros para someter a países dependientes, que originalmente fueron sus dueños, pero hoy han sido saqueados y son los que padecerán, aún más, que la comunidades arrasadas por bombas, sufrirán lo indecible por hambre, frio, escasez de medicamentos y debilitamiento de servicios comunitarios. La globalización sometida por el nacionalismo. Una respuesta ha sido la salida de Coca Cola, Pepsi Cola, Starbucks y Mc Donald de Rusia, ojalá se fueran de México, lo doloroso será la pérdida de miles de empleos al ser despedidos de esas grandes trasnacionales. Pero Rusia acaba de emitir un decreto de expropiación de los bienes de esas empresas. Palo, directo a la cabeza.
La ventaja es la aniquilación del mundo unipolar ante la nueva realidad multipolar, en la que sobrevivirán aquellas naciones que fueron capaces de frenar la incontenible depredación de sus recursos naturales, que hicieron los rapaces dueños del capital, son los que están y han estado siempre en guerra, no solo Rusia-Ucrania, sino ellos contra el mundo. Slavoj Zizek, filósofo esloveno, lo sintetiza así: “¿Qué está pasando? Recordemos que hace uno o dos meses la gran noticia en nuestros medios de comunicación se-guía siendo la pandemia; ahora la pandemia casi ha desaparecido, es Ucrania la que aparece en los titulares. Y si acaso el miedo es ahora mucho mayor, hay casi una nostalgia por los buenos dos años de lucha contra la pandemia. Este cambio repentino demuestra el límite de nuestra libertad: nadie ha elegido este cambio, simplemente ha ocurrido. Para entender la diferencia entre la pandemia y la crisis ucraniana, tenemos que diferenciar entre dos tipos de libertad, entre lo que Hegel llamó libertad abstracta y libertad concreta: la libertad abstracta es la capacidad de hacer lo que uno quiere independientemente de las reglas y costumbres sociales, de violar estas reglas y costumbres, como la explosión de la «negatividad radical», ejemplarmente en una revuelta o situación revolucionaria; la libertad concreta es la libertad sustentada por un conjunto de reglas y costumbres” (Intervencionycoyuntura.org).
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