Una nueva necedad amenaza con incendiar la hierba seca en que el país se ha convertido. La necedad está integrada a partes iguales por estulticia, ambición, desafío y valemadrismo.
Como en los mejores tiempos del echeverriato y el lopezportillato, es la derecha mas rancia la que pretende imponer su agenda y al grito de ¡Vamos a quebrar!, anuncian la vuelta a clases el próximo primero de marzo.
La SEP, ahora al mando de una maestra -ajá- no ha dicho esta boca es mía y desde su convalecencia el doctor López-Gattel considera poco viable tal afán de los concesionarios del servicio educativo.
Porque la impartición del servicio educativo a través de particulares, o sea, escuelas de paga, es una concesión no una patenteni un derecho absoluto.
Los particulares que en México imparten o pretendan impartir educación deberán sujetarse a las reglas derivadas del artículo tercero constitucional y la ley de educación vigente. Todo lo demás son balandronadas de mercachifles de la educación, de esa bola de –vampiros, chupa sangre, vividores, diría Palillo— que, quieren calar a Delfinita ahora que llegó a la SEP, alebrestar a los padres de familia que ya no dan pie con bola con los chamacos en casa y que piensan que las escuelas son guarderías o correccionales que se abren o se cierran a voluntad de asociaciones, patronatos, corporativos, contralores o palafreneros de los dueños.
Eso, sin contar con la altísima precarización del trabajo docente: cualquiera que haya trabajado como profesor en una escuela privada –excepciones hay y habrá, por supuesto— sabe de lo insuficiente del salario, de pagos en negro, de pagos por honorarios, de asimilación a salarios; de ausencia de seguridad social y de cualquier forma subrogada de ésta.
El cabecilla de esta revuelta es Alfredo Villar Jiménez, presidente de la ANEP, una institución que no paga servidores seguros en internet tal y como se desprende de visitar su propia página web, dirección a la que antecede un “No es seguro”. (http://www.anfe-anep.com.mx/comunicado-regreso-a-clases/).
Como parte de su argumentación –señala que hay que salvar a los maestros, al personal administrativo y al personal operativo, bonitos eufemismos todos.Dentro de los parámetros de la corrección política no se les llama ni secretarias ni intendentes, no sea que resulte ofensivo para las mentecitas retrógradas de las que este homúnculo forma parte. Y no hablemos de las múltiples deficiencias sintácticas de su comunicado y las imprecisiones “in quantum” con las que pretende “cohesionar” suargumentos.
Algo hay que reconocer del comunicado: advierte que sólo las escuelas que necesiten regresar y con estricto apego a los protocolos sanitarios tomen libremente su decisión. Pero ¿y si en lugar de una libre decisión primero las escuelas dotan de seguridad social a sus profesores, regularizan sus pagos y les pagan vía nómina? ¿Ya ampliaron el seguro médico de los menores? ¿Ya tienen listos los acrílicos necesarios, los aires acondicionados ya recambian aire automáticamente cada determinado tiempo? ¿Ya compraron gel en cantidad suficiente, limpiadores, toallitas de uso individual? ¿Ya se testeó a los profesores, a las secretarias, a los intendentes? ¿Funcionan los termómetros? ¿Hay oxímetros suficientes? ¿Personal capacitado para atender cualquier contingencia? Salvo prueba en contrario todas las respuestas son “no”. Así que, gracias, pero no, gracias. Clases en línea y san se acabó.
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