El estado de Veracruz registraba hasta este viernes alrededor de 743 defunciones y en Veracruz puerto hay un registro de 221, mientras que en Boca del Río 20 fallecimientos, es decir en la conurbación se concentra el 35 por ciento del total de muertes por el virus denominado Covid-19.
Ahora bien en contagios, el registro marcaba un total de 4 mil 875 casos, en tanto que de estos, hasta ayer eran mil 752 del puerto jarocho y 208 de Boca del Río, es decir aquí el porcentaje de acumulación de casos confirmados sube a 45 puntos.
En resumen, la conurbación, al menos de esos dos municipios, con marcada mayoría del impacto del coronavirus en la ciudad de Veracruz, se concentra una importante margen de los casos tanto de enfermos como de muertos, lamentablemente entre otras razones, por una incontrolable resistencia de su población a guardar las medidas que se recomendaron hace casi 3 meses, cuando se conoció de la magnitud del virus que ya se presentaba en Europa en grandes proporciones.
Lo irónico es que fue precisamente en la conurbación cuando el 12 de marzo arribó a México y se presentó con síntomas en su casa, la hija de un empresario, quienes posteriormente lo confirmaron, informando que no requirió de hospitalización y por su juventud pasó la enfermedad en aislamiento en su domicilio.
No obstante, y tan las autoridades sabían que el brote ya estaba tomando mayores dimensiones, que declararon las primeras medidas de restricciones en Veracruz, Boca del Río y Alvarado, como la suspensión de clases adelantada desde el 17 de marzo, 3 días antes que se decretara en todo México.
Pero la falta de medidas estrictas y la falta de colaboración por parte de autoridades municipales porteñas, provocó que la afluencia se relajara.
Pasó mucho tiempo en que se tomara en serio la necesidad de reducir la movilidad en las ciudades, y hoy, sin dejar de lado, que por la densidad poblacional el número es mayor, las consecuencias son evidentes.
Veracruz es ya el cuarto estado con mayor defunciones y en contagios, también está en los primeros lugares, pero a partir del 1 de junio que se declaró regreso a la “nueva normalidad” y en la que el gobierno federal fue muy claro que no era para todas las regiones del país, en esta zona se ha hecho caso omiso, y casi están en la “normal normalidad”.
De esta forma hay que atenerse a los serios impactos que la desobediencia civil trae consigo. Sin lamentarse de lo que está en las manos de la misma sociedad hacer para frenar la expasión del virus.
MUY EN CORTO
VUELVEN LOS CORRUPTOS. En alguna de sus conferencias de prensa matutina el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que los programas sociales se elevarían a rango constitucional como una manera de blindarlos por si regresaban los corruptos.
Y aunque el término no se puede aplicar del todo a un par de duartistas que hoy se mueven de cara al proceso electoral intermedio del año que entra, lo cierto es que sí participaron en el sexenio más oscuro para Veracruz por el tremendo desfalco a las arcas públicas.
Y es que por un lado levantó ámpula que esta semana el excoordinador de Comunicación Social y secretario de Desarrollo Social, Alberto Silva Ramos, recibió un nombramiento de delegado especial del Partido Verde Ecologista en la zona norte de Veracruz.
Un membrete que solo le servirá para tener presencia mediática de cara a su aspiración a la presidencia municipal de Tuxpan, de donde ya fue alcalde, y ahora planea retornar más no regresar, con la diferencia de que ahora espera ser beneficiado con la alianza PVEM con Morena, tema que se abordará en otra ocasión.
Pero no es el único caso de los llamados también hijos de la fidelidad que han asomado la cabeza, pues otro que cabildea con alcaldes es el también ex titular de SEDESOL estatal, Jorge Carvallo Delfín, quien presume en esas reuniones que tiene “amarrada” la tercera posición de la lista plurinominal en la tercera circunscripción debido a sus nexos que tiene con el grupo tricolor del Estado de México, uno de los pocos bastiones que le queda al Revolucionario Institucional.
No obstante, como se ha dicho, a ninguno de los dos se le lograron comprobar desvíos durante su paso en el sexenio de la llamada prosperidad, pues hay que reconocer que son políticos muy hábiles, zorrunos, lo cierto es que están muy activos y dispuestos a volver a disfrutar los privilegios del erario.
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