Este martes, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez rindió su tercer informe de Gobierno y al margen del mensaje, que enlista las acciones de su administración, llamó la atención la presencia de la secretaria de Energía del gabinete de López Obrador, Rocío Nahle García.
La senadora con licencia por Veracruz, ex diputada federal por Coatzacoalcos, llegó con la representación del presidente, como en la víspera lo había dejado entrever el gobernador, cuando dijo que vendría una mujer, integrante del Gabinete.
Desde este lunes, no había duda de que Nahle llegaría al evento de Tlacotalpan como la representante presidencial.
Para la clase política local, tan proclive a la especulación y al análisis de café, no hay duda de que la titular de Sener será abanderada de Morena al gobierno estatal, lo que la pondría con un pie en Palacio de Gobierno.
Nahle llegaría a Veracruz en 2024 como la enviada del altiplano, muy al estilo del viejo régimen priista, en que la decisión presidencial se acataba sin objeción.
Hoy, nadie dentro del morenismo veracruzano podría contradecir una designación directa de López Obrador, quien ha dado muestras en reiteradas ocasiones de que su simpatía está con esta mujer.
La secretaria de Energía robó cámara en el informe de Cuitláhuac García; basta decir que en el primer paquete de fotografías enviado a los medios por el gobierno estatal, la representante del presidente aparece 24 veces; podría decirse que destacar al enviado del ejecutivo federal es normal en todo informe estatal; sin embargo, en este caso, al estar encartada en la carrera por la gubernatura de 2024, la exposición de Rocío Nahle fue evidente y motivó las lecturas futuristas.
Sergio Gutiérrez Luna, Manuel Huerta y demás aspirantes podrán brincar, pero es evidente que la candidata del presidente para la sucesión veracruzana de 2024 será Rocío Nahle y llegado el momento, todos los actores políticos que se han mencionado como posibles cartas de Morena para dicha contienda terminarán por disciplinarse porque, además, ninguno de ellos podría contradecir una orden de López Obrador.
Fuerza por México
Es una minúscula expresión política de reciente creación que en el proceso electoral de 2021 apenas superó los tres puntos porcentuales en entidad; sin embargo, en Fuerza por México la disputa por la dirigencia estatal está en su punto más fuerte.
En dicho instituto político nadie sabe quién es el dirigente estatal, si Eduardo Vega Yunes “El Tato”, dos veces candidato a diputado –dos veces perdedor–; o Jaqueline García Hernández, ex legisladora local por PANAL, quien ha brincado de partido en partido.
El caso ya pasó por el Tribunal Electoral de Veracruz, instancia que reencausó el expediente al partido, para que se resuelva a fondo. Mientras tanto, no hay definición, por lo que la dirigencia estatal se encuentra acéfala.
Imagine usted: si esas pugnas internas se registran en un partido tan pequeño, ¿qué pasará en las fuerzas políticas consolidadas?
@luisromero85
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