Cada vez más el senador Ricardo Monreal se evidencia con su etiqueta de traidor dentro de la Cuarta Transformación.
No es nuevo. Sus actitudes contra la corriente, y sus operaciones bajo la mesa, empinando la causa morenista e incluso, yendo contra los proyectos de nación del presidente, vienen de tiempo atrás.
Tanto que en Veracruz no pudo ocultar su esencia traidora y también tiene su anécdota, pero el colmo llegó a palacio y recientemente se derramó el vaso de la paciencia del huésped de Palacio Nacional.
El columnista de El Universal, bajo el título La leona del Senado y las “hienas traidoras”, Juan Pablo Becerra-Acosta fue más que certero; elocuente en su análisis y con pelos y señales, da cuenta en su edición del sábado, de la traición del legislador morenista que despertó el enojo de López Obrador.
En ese sentido, en su artículo, Becerra narra:
“La exministra probará que es una leona en la selva de la política.
Olga Sánchez Cordero llegó al Senado para sacar adelante y consolidar todas las agendas legislativas del presidente. Y lo va a hacer sin pretextos, sin acudir al “no conseguí los votos”, sin optar por el tramposo “no hay condiciones”.
Pero, sobre todo, Olga Sánchez Cordero va al senado para neutralizar de una buena vez a Ricardo Monreal, quien ya es visto, sin matices, como un ser desleal a Andrés Manuel López Obrador.
—Eres un traidor… —le espetó el presidente a Monreal hace no tanto: ocurrió en Palacio Nacional luego de los comicios del 6 de junio.
Y aquí difieren ligeramente mis dos fuentes: una dice que Monreal, que siempre ha tuteado al presidente, respondió hablándole de tú, mientras que la otra afirma que optó por contestarle de usted:
—No le permito que me llame así, Presidente…
—No te permito que me llames así, Andrés…
En cualquier caso, el presidente dio por terminada la discusión, el regaño, el reclamo, y por tanto, lo corrió.”
Este texto es apenas la primera parte de su interesante columna.
Más adelante relataría:
“En política nadie muere para siempre, hay desapariciones más o menos prolongadas, pero parece que Monreal está políticamente liquidado en la 4T. En el despacho presidencial no quieren saber nada de él…
…¿Cómo empezó esto? En Palacio Nacional, me confirman tres fuentes relevantes, le atribuyen haber jugado contra Morena en varias partes de Ciudad de México durante los recientes comicios. Tal cosa, atentar contra la joya del movimiento, no se le perdona.
Pero no solo eso: también le imputan haber operado en Nuevo León a favor del priista Adrián de la Garza. Doble traición. Imperdonable.
Y la gota que derramó el vaso: le atribuyen que no haya gestionado los acuerdos políticos necesarios (que no haya conseguido los votos, pues, que ni siquiera se haya esforzado en obtenerlos) para aprobar un periodo extraordinario que permitiera gestionar la ley que reglamente el ejercicio de consulta de revocación de mandato que es tan importante, que es vital para el presidente. Un voto faltó. Inaudito. Triple traición. No habrá perdón ni mucho menos olvido de su osadía, de su altanería.”
SU TRAICIÓN EN VERACRUZ
En mayo, una semana antes de las elecciones para renovar las 212 alcaldías y el poder legislativo en Veracruz, Monreal se apareció en Xalapa.
Dicen que vino invitado por el llamado clan del Estero y para servirles en alguna maniobra bajo algún compromiso con ellos, el senador de Morena intentó aplicar en Veracruz esa de para que la cuña apriete, haciendo una jugada de dos bandas: dejar malparado al morenista Ricardo Exsome Zapata y legitimar lo ilegitimo en la persona del panista Miguel Àngel Yunes Márquez.
Por lo menos así pareció cuando el senador Ricardo Monreal, quien juega con Morena, pero mete gol en donde mejor le convenga, sin importar los colores de la camiseta, metió autogol a su partido.
El zacatecano es amigo personal del jefe del clan azul, el expriista Miguel Àngel Yunes Linares y lo demostró cuando en Xalapa los reporteros “casualmente” le preguntaron sobre el veto impuesto por el Tribunal Electoral de Veracruz a la candidatura de Miguel Yunes a la alcaldía porteña.
Entonces respondió con un juego de palabras con las cuales vertió su veneno dejando en claro que su aliado en Veracruz es el PAN y no Morena, sin importarle que con su defensa estuviera propiciando violaciones a la ley electoral.
El autogol de Monreal fue parte de una estrategia mediática que no funcionó a los directivos del equipo azul.
Monreal Ávila se dijo en desacuerdo con que se ejerza persecución judicial con fines políticos y subrayó que no pueden revivir los viejos estilos del PRI y el PAN dado que los ciudadanos no votaron por ello.
“Yo no estoy de acuerdo con esto (el retiro de la candidatura) pero es una decisión del tribunal que yo respeto por ser una instancia jurisdiccional (...) en el grupo parlamentario de Morena no lo hemos tratado (la remoción del magistrado) creo que no conviene polarizar más Veracruz”.
MUY EN CORTO
SE TIÑE DE SANGRE LA CIUDAD DE LOS 30 CABALLEROS. A tres días de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, algo se movió en el oculto y negro subsuelo político y delincuencial de la ciudad de Córdoba, donde apenas la semana anterior, cobró interés nacional por ser sede de la firma de la libertad sobre los últimos reductos del gobierno español, incluso con testigos como el presidente de Ecuador y su esposa.
El martes 24 de agosto se llevó a cabo a la ceremonia para conmemorar los 200 años de los Tratados de Córdoba y aseguran los asistentes, con fotografías como testimonio, que circularon en los medios de comunicación y por supuesto en las redes sociales, que la alcaldesa de ese municipio, de extracción panista, Leticia López Landeros, se tiró en los brazos del tabasqueño, López Obrador y lloró con todas sus fuerzas.
Tres días después se desataron los demonios y un conocido priista, Grodetz Ríos, quien era líder del PT, y cuyo activismo fue pieza clave para coadyuvar en el triunfo de Juan Martínez Flores en la alcaldía cordobesa, fue ejecutado a bordo de su camioneta.
Un día después, en plena luz del día, y en modus operandi similar, José Escamilla, coordinador de la campaña del propio Juan Martínez también fue acribillado.
Los politólogos se preguntan si es una forma de cercar con acciones intimidatorias al también diputado federal.
El actual alcalde por Morena perdió hace cuatro años en las elecciones municipales con la actual presidenta municipal por el PAN, López Landeros, con una diferencia de apenas un centenar de votos.
Esta vez se alzó con la vitoria y en su segundo intento ganó la presidencia municipal, pero llegará cojo, sin dos de sus principales puntales electorales y financieros, quienes en menos de cinco días de la visita presidencial fueron acribillados poniendo en Córdoba un ambiente tenso y violento.
Otra historia relaciona a Escamilla con una incursión de la UIF y nexos hacia Guatemala, según las versiones.
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