Nuestro país se encuentra en un momento clave para definir el futuro de su política laboral. Reducir la semana laboral de 48 a 40 horas no es un lujo, sino una necesidad urgente. Movimiento Ciudadano ha respaldado esta propuesta, porque estamos convencidos de que beneficiará significativamente a millones de personas trabajadoras sin afectar de manera negativa a la economía nacional. Invito con gusto a lectoras y lectores de esta columna a que analicemos juntos, desde una perspectiva política, social y económica, los motivos que sustentan esta reforma.
Desde Movimiento Ciudadano impulsamos esta reforma por considerarla una respuesta concreta a una demanda social evidente. Según datos de una encuesta publicada por el periódico El Financiero, en 2024, 94% de mexicanas y mexicanos apoyan la disminución de horas laborales semanales. Esta cifra revela un consenso nacional que supera diferencias partidistas. Ignorar una demanda ciudadana tan rotunda no solo sería insensible, también significaría un error estratégico para cualquier fuerza política. Además, el 88% anticipa beneficios claros para el país con esta medida, lo que refuerza la idea de que atender esta exigencia es una responsabilidad colectiva ineludible.
Adicionalmente, México estaría siguiendo una tendencia internacional clara. Datos de la Organización Internacional del Trabajo, muestran que desde 2005, la mitad de los países del mundo ya habían adoptado jornadas laborales de 40 horas o menos. Hoy, naciones como Canadá, Chile, Ecuador y España, aplican semanas laborales de 40 horas, mientras que en Francia por ejemplo, se estableció la jornada de 35 horas hace varias décadas. En contraste, México continúa rezagado con una semana laboral máxima de 48 horas. Adoptar las 40 horas nos alinearía con prácticas globales exitosas y enviaría el mensaje claro de que valoramos el bienestar de las personas tanto como nuestra competitividad.
Organismos internacionales reconocidos por su enfoque económico también respaldan esta postura. La OCDE ha enfatizado la necesidad de reducir la jornada laboral en nuestro país, haciendo notar que, a pesar de largas jornadas, registra una baja productividad. Es evidente que trabajar más horas no nos ha hecho más productivos. Por ello, la pregunta ya no debería ser si México debe reducir sus horas laborales, sino cómo y cuándo implementar dicha reducción. Desde Movimiento Ciudadano presentamos esta iniciativa en la Cámara de Diputados en 2023, a través de Jorge Álvarez Máynez, hoy coordinador nacional. Lograr su aprobación requiere la voluntad y cooperación de todas las fuerzas políticas, porque atender esta demanda social no debería ser patrimonio de un solo grupo político, sino de todo el país.
El principal objetivo que se busca al reducir la jornada laboral es elevar la calidad de vida de las personas trabajadoras. Millones de mexicanas y mexicanos destinan gran parte de su día al trabajo (la mayoría haciendo traslados muy largos) dejando muy poco tiempo para actividades personales y de descanso. La OCDE advierte que en México tenemos, en promedio, apenas 13.5 horas diarias para ocio, descanso y cuidado personal, incluyendo dormir y comer, mostrando un claro desequilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Diversos estudios han vinculado jornadas laborales prolongadas con graves problemas de salud. La OIT señala que trabajar más de 40 horas semanales incrementa la probabilidad de padecer depresión, ansiedad, trastornos de sueño e incluso problemas cardiacos. En México los efectos son evidentes: según el INEGI (2024), el 16.7% de la población padece depresión y el 50% sufre de ansiedad, cifras alarmantes relacionadas directamente con el estrés laboral.
Quienes se oponen a reducir las horas laborales argumentan un potencial daño económico, sin embargo, esta postura no se sostiene en los hechos. Trabajar más horas no implica necesariamente ser más productivos y nuestro país es un claro ejemplo de ello: pese a trabajar alrededor de 2,207 horas anuales por persona, unas 500 más que el promedio OCDE, nuestra productividad sigue siendo baja.
Empresas innovadoras han demostrado que reducir la semana laboral no afecta negativamente sus resultados, sino que incluso puede mejorarlos. Microsoft Japón, implementó una semana laboral de cuatro días en 2019 y aumentó su productividad en un 40%. En Reino Unido, en 2022, decenas de empresas participaron en un programa piloto de reducción de jornada, tras el cual el 89% decidió mantener esta modalidad, y el 51% la adoptó permanentemente.
En resumen, reducir la jornada laboral a 40 horas es una decisión políticamente responsable, socialmente necesaria y económicamente viable. Desde Movimiento Ciudadano apoyamos esta causa porque aspiramos a un México donde se trabaje para vivir y no se viva para trabajar, por lo que seguiremos luchando y exhortando a todas las fuerzas políticas a sumarse a esta reforma histórica para construir un país donde el progreso se mida no solo en términos económicos, sino en bienestar integral para sus ciudadanas y ciudadanos. Tenemos una deuda histórica con nuestra gente, un reclamo que ya no puede esperar: ¡40 horas, ahora!
Mtro. Agustín Torres Delgado
Secretario General de Acuerdos
Movimiento Ciudadano
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