El día de ayer el consejo editorial del periódico Imagen de Veracruz, recibió a Pepe Yunes, aspirante a la candidatura por el frente opositor a la gubernatura de Veracruz.
Pepe Yunes es sin duda uno de los políticos de mayor capacidad, conocimiento y experiencia en Veracruz; su eventual llegada a la gubernatura, sería un destello de luz en medio de la oscuridad que ha imperado en el estado en la última década, derivado de los terribles y nefastos gobiernos que han padecido los veracruzanos.
Lamentablemente llega bajo el estigma del PRI, un partido con los más altos niveles de rechazo y desaprobación, una institución en decadencia y devorada por sus propios vicios y militancia.
Aún así, y dado los terribles resultados de la actual administración que encabeza Cuitláhuac García Jiménez, Pepe Yunes podría convertirse en una opción para un amplio sector del electorado.
Paradójicamente su peor amenaza no está en su contrincante, en mi opinión el peor enemigo de Pepe Yunes es la latente posibilidad de una traición en el mismo frente opositor.
Las negociaciones debajo de la mesa podrían llevar a que se repita la historia del 2018, donde su propio partido y compañeros le dieron la espalda y operaron en favor de Morena.
Los grupos que conforman el frente opositor están negociando posiciones que les otorguen fuero y que les permitan conservar el poder en los municipios de la conurbación y/o espacios en el congreso federal.
El otro enemigo de Pepe Yunes es la presencia de gente impresentable a su alrededor.
Bajo este escenario, nos acercamos al proceso electoral del 2024.
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