Llegaron antes del disparo

El camino de Cholula a la Malinche consistía en 120 kilometros caminando por el estado de Tlaxcala durante la temporada de lluvias, la jornada del primer día fue realmente agotante, cerca de 33 kilometros andando y mojándose durante todo el día, al terminar estaban agotados y requerían parar en la primera posada que encontraran.

Habían caminado por largos tramos en campo traviesa hasta llegar a una comunidad del municipio Sanctorum, a lo lejos vieron un motel de paso, sabían que allí podrían pasar la noche. El lugar se llamaba "El Rapid Inn" a  donde acuden habitualmente amantes, adolescentes o mujeres víctimas de trata de personas por no más de 6 horas cada ocasión. Los caminantes sabían que eran considerados una especie de bichos raros cuando llegaban a este tipo de establecimientos, basta imaginar una peregrinación sagrada portando un estandarte de la Virgen de Guadalupe, los elementos y la bandera de México. Y es que el camino siempre presentaba esas paradojas constantes, pero pocas como la que vivieron ese día.

El motel tenía  una misma entrada y salida para automóviles, los cuartos tenían un pequeño garaje cubierto con una cortina de color anaranjado, dos mujeres atendían el pequeño establecimiento, una para cobrar y la otra para hacer el aseo de las habitaciones.

Entraron caminando, ya relajados, preparándose para su descanso, inclusive comenzaron a contar chistes, platicar experiencias y celebrar que sus cuerpos recibirían un merecido descanso y algo de tiempo secos después de un largo día bajo la lluvia. Hasta el frente se encontraba Izipacktli y Ozelotl quienes al entrar pudieron observar la escena de un hombre que sacó una pistola para disparar a una mujer con signos de golpes en su cara, en ese momento Izcipacktli como si supiera perfectamente qué hacer tomó su caracol y lo hizo sonar.  Los caminantes sabían que cada que suena el caracol había que agruparse, lo que llevó a quienes venían más atrás a que se acercaran al frente y volver a poner atención en todo, el hombre armado al encontrarse descubierto guardó el arma y comenzó a gritarle injurias a la mujer, el tipo se metió inmediatamente al garaje, tomó su automóvil, lo prendió y salió arrebatado del lugar echando la carrocería a los caminantes quienes se hicieron rápidamente a un lado para dejarlo salir.

Los caminantes se acercaron a la mujer para asistirla y ver que estuviera bien, ella llorando agradecía a Izcipaktli por haberle salvado la vida . La mujer pidió ser llevada por un taxi a su casa y en lo que le buscaban uno fue sahumeada por Colibrí, recibió comida y agua que le dio Jacome y finalmente subió a su taxi. La encargada del motel nos dijo que llegamos justo a tiempo y que en el fondo ella temió que ese señor pudiese haber matado a la chica y de paso haber disparado a el contingente de caminantes. El camino comenzaba a poner retos y lecciones cada vez más fuertes a los caminantes, ese día agradecieron antes de ir a dormir el haber estado en el lugar, momento y con la protección espiritual correcta para salvar la vida de esa mujer, y entender que su rol al andar esos caminos no solo era una misión espiritual, sino que implicaba enfrentar con armas de paz la violencia.

César Daniel González Madruga "el Siervo" @CesarG_Madruga y Martha Adriana Morales Ortiz "Colibrí" @witzilin_vuela