El minatitleco, Roberto Ramos Alor llegó contra viento y marea. Apenas entró al gabinete del gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza Cuitláhuac García y fue objeto de una campaña o varias campañas encarnizadas contra su persona.
Y si bien su peor pecado de Ramos Alor cuando asumió el cargo de secretario de Salud era el no haber incursionado en política activamente, ser desconocido e incluso no haber frenado en la vida pública supuestos deslices de diversión, algo que no se comprobó, pero poco a poco se fue consolidando en su desempeño y las cosas cambiaron radicalmente.
Tal como se dice por ahí, la frase le quedó como anillo al dedo: Trabajo mata grilla. Y parece que eso fue lo que consiguió en poco tiempo el que fuera titular de Salud.
Por qué se ocupa este reportero de la persona de Ramos Alor meses después de haber dejado el cargo, porque por la trayectoria y tras su salida, poco se habló de lo hecho, que si bien esa era su tarea, hoy dista mucho quien le ha sucedido en el cargo de alcanzar esos niveles.
El 19 de mayo de este año el entonces funcionario cumplió finalmente con la cábala de la “tercera es la vencida”, cuando por tercera ocasión le entregó la renuncia al gobernador de Veracruz. Y es que, según se afirma, el del Sur del estado ya no estaba a gusto al frente de la dependencia a pesar de que se entregó a sus funciones y cumplió en plena pandemia a enfrentarla contra todos pronósticos.
Ese día Cuitláhuac García posteó en sus redes: “El día de hoy he decidido aceptar la renuncia de nuestro querido amigo y correligionario Dr. Roberto Ramos Alor, a quien agradezco haberse entregado a los grandes principios humanistas del galeno, atender la salud y la vida de los demás, incluso a costa de la propia”.
Confirmó así la estima que el gobernante sintió por su colaborador y le demostró públicamente con el afecto y reconocimiento por el papel que realizó al frente de Salud.
Y es que hubo razones de peso político que orillaron a Ramos a dejar el puesto. Sobre todo cuando existieron presiones, se supo, desde el interior del gabinete contra el funcionario. Incluso algunas de carácter que podrían fincarle responsabilidad legal como pagar a proveedores sin comprobar el trabajo realizado.
Otras razones eran políticas. Cuando corrientes internas y de presión externas le exigieron la salida del funcionario.
No era la primera vez que Ramos se pronunciaba por dejar el cargo, pero las dos primeras fue rechazado hasta que finalmente se dio el de la tercera es la vencida.
Roberto Ramos fue denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción y la Contraloría General del Estado por la diputada local del PRI, Anilú Ingram Vallines, por violencia política de género y discriminación.
Y es que durante su comparecencia en diciembre del 2021 el doctor expresó: “Nada más quiero concluir diputado que me da enorme gusto de tener y conocer diputados que vienen de abajo, que caminan, que están cerca de su pueblo. Veracruz y el país ya está cansado de conocer la historia de diputadas y diputados que nunca hacen esta práctica democrática y que son ‘totalmente palacios y antes muertas que sencillas’ porque nunca han estado cerca del pueblo; qué representan esas diputadas, me pregunto yo”.
A Ramos Alor lo sustituyó Gerardo Díaz Morales, pero mucho se ha dicho, que en la secretaría se extraña el trabajo que le imprimió el anterior secretario al despacho.
Por ejemplo, de más de 750 centros de salud, clínicas y hospitales, en los 3 años logró rescatar, habilitar y poner en funcionamiento al menos 400 de ellos. El paso era a un ritmo bastante fuerte que le permitió esos resultados, y que estaba por completar, la mayor cobertura de salud con el resto de la cifra que no pudo concluir.
Hoy, ese proceso está prácticamente paralizado.
Asimismo, lo recuerdan alrededor de 30 doctores veracruzanos que con gran valentía en los momentos de mayor mortandad de la pandemia fueron a la ciudad de México en apoyo cuando los servicios de salud se encontraban en la mayor crisis de atención por el mismo efecto del Covid-19.
A su regreso, Ramos tuvo la generosa actitud de nombrar a cada uno de ellos director de clínicas, como un reconocimiento al mérito y a su responsabilidad como galenos, que sin importar el riesgo de sus vidas acudieron a hacer frente a una crisis sanitaria.
Otros milagritos positivos que le cuelgan a Ramos Alor es el esquema de vacunación que llevó a Veracruz a uno de los primeros lugares con mayor cobertura de la vacuna contra el Covid y a ser de los primeros estados en ir reduciendo la mortandad. Obviamente, el número de camas ocupadas para infectados de gravedad.
En fin, el servicio de Salud en Veracruz, recuerda al doctor Ramos como una pérdida considerable, pero las razones de fondo están y difícilmente se conocerán en su totalidad por la discreción que caracteriza al exfuncionario. Y por ello, hoy mejor se emplea en su profesión de manera particular, disfrutando al igual que lo hizo en el cargo que le fue conferido.
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