Si hay un exalcalde veracruzano que terminó su periodo con un enorme desgaste, con señalamientos por ineficiencia e incapacidad, ese fue Hipólito Rodríguez.
El expresidente municipal de Xalapa llegó en 2017 al Ayuntamiento, generando una enorme expectativa; aparecía como el académico universitario que contaba, al menos en el papel, con todas las cartas credenciales para llevar las riendas del gobierno local.
Impulsado por Morena, este hombre, con maestría por la Universidad de Toulouse, Francia, y doctorado en Antropología Social, no tuvo problemas para aplastar a la oposición: obtuvo más de 68 mil votos, suficientes para derrotar a la entonces candidata de PAN-PRD, Ana Miriam Ferráez –hoy diputada por Morena–, que apenas llegó a 44 mil sufragios; y para enviar al tercer lugar al priista Alejandro Montano, quien no llegó a 19 mil.
La luna de miel con los xalapeños, sin embargo, duró poco tiempo, prácticamente desde su primer año en el gobierno municipal, Pedro Hipólito Rodríguez fue calificado como un alcalde ineficiente, huidizo y poco sensible a las necesidades de los habitantes de la capital veracruzana.
Cómo habrá estado su administración, que sólo trascendió por dos puntos: la ciclovía de la avenida Ruiz Cortines y el regreso sistemático de recursos a la Federación.
Este miércoles, involuntariamente el ex alcalde volvió a dar la nota, cuando el regidor Diego David Florescano anunció la revisión al contrato de luminarias que heredó Rodríguez Herrero a su sucesor en el cargo, Ricardo Ahued.
Se trata de un contrato que firmó el ex edil con una empresa del ramo, a mediados de junio de 2020, para dotar a Xalapa de más de 7 mil lámparas que, en teoría, resolverían el problema del alumbrado público durante 7 años.
El problema es que existe la sospecha de que al menos una parte de las 7 mil lámparas no fueron instaladas o simplemente están inservibles.
De esa manera, ante los reclamos de colonos por las deficiencias en el alumbrado público, el actual ayuntamiento dispuso que se investigue dicho contrato y se realice una auditoría técnica que permita resolver el problema y deslindar responsabilidades.
Lo importante, al margen de las deficiencias del anterior ayuntamiento de Xalapa –que dejó un parque vehicular destruido, calles destrozadas y servicios públicos lamentables–, es que existe la disposición de las actuales autoridades de transparentar esos contratos y ventilar las posibles irregularidades.
A Ricardo Ahued no se le conoce como un político que deje pasar anomalías como las que se presumen en el tema de las 7 mil luminarias; y no se espera que en este caso haga una excepción. A fin de cuentas, Hipólito Rodríguez tendrá que responder, si el contrato que firmó y el dinero público que ejerció para tal efecto no corresponden con el servicio que reciben los xalapeños. Es una lástima, porque el investigador de la UV generó altas expectativas en 2017 y cuatro años después salió del ayuntamiento convertido en un lastre para su partido.
@luisromero85
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