Los escarceos que se dan entre diversos partidos y grupos políticos en plena pandemia de una época electoral en la que los ciudadanos no están interesados en pensar, reflexionar o simplemente participar, por el momento no es de la importancia de las mayorías.
Los analistas, expertos en el tema de la política a la mexicana, no encuentran la cuadratura al círculo muy “achatado” por los golpes de todos lados entre unos y otros, pero más que nada por los partidos políticos y los actores que se han acostumbrado a vivir de la opulencia y la abundancia con el “ejercicio” de esta antigua actividad de la democracia en el orbe, pero alejados de las causas reales y prioritarias para la población de todas las clases sociales.
En México, el fenómeno de la era de los tiempos electorales en lo que ha sido la peor pandemia en la historia de la humanidad, las encuestas ponen a los partidos políticos en el último lugar de referencia a juicio de los ciudadanos, y han subido los bonos de las fuerzas armadas, como nunca antes al primer lugar de reconocimiento de la gente, por las acciones que se están realizando en favor de toda la población y en muchas causas nobles y necesarias con un privilegio al humanismo. (Roy Campos de Consulta Mitofsky)
También, los reportes de las encuestas adelantan que el nivel de aceptación del presidente Andrés Manuel López Obrador, crece y eso tiene inquietos a los desafortunados adversarios y enemigos políticos, que desde el inicio de este mandato de la Cuarta Transformación se han negado a los beneficios otorgados en favor de los pobres y le siguen regateando resultados que son avances en la administración pública de lo que antes no vieron y no se dijo nada como de la corrupción, impunidad, abusos de autoridad y hasta de la excesiva corrupción en Pemex, con la gasolina, contratos amañados y muchos problemas que casi quiebran a la empresa paraestatal.
Ahora en los tiempos de AMLO, en una realidad, la otra paraestatal CFE de Manuel Bartlett, se destaca como la que tiene mayor facturación al mantener una postura de no ceder a presiones políticas y sociales a causa de las tarifas que son parte de una nueva administración inquebrantable en ceder a los chantajes de grupos y de la propia gente.
En general, en la administración pública en la Cuarta Transformación, se ha mantenido un orden de los gastos y los egresos, sin acudir a los endeudamientos de antes como salida rápida a los problemas que se presentaban en el día a día
Pero también, los finiquitos de los famosos fideicomisos y ahora a los organismos autónomos que se convirtieron en parcelas de poder de los privilegiados y cercanos al poder, se han ido quitando con fines de ahorro, pero además de no dejar al libre manejo discrecional de los recursos públicos de los titulares de lo que ha significado desorden financiero por décadas y ahora se trata de “enderezar el rumbo de un barco que andaba al garete”.
Entre los dirigentes de los partidos políticos a la baja y que también son parte de las parcelas “familiares” de poder que no rinden cuentas con el uso discrecional de las prerrogativas se ha intentado reducirles la operación y poco a poco se va a llegar al modelo de que su financiamiento y de las campañas políticas, sea equilibrado y con transparencia de los ciudadanos.
Todos los pasos del presidente AMLO en el intento de ordenar las finanzas públicas, organizar con estricto apego a derecho el pago de impuestos y los cierres de las llaves a aquellos gastos que fueron otorgados con fines supuestamente sociales y humanos, pero que en el fondo eran negocios disfrazados de los cercanos y sumisos al poder en turno quedaron en el pasado, con el hecho real de que eso “se acabó”.
Aunque de todos lados como dicen entre los hombres sabios del pueblo de que “se cuecen habas”, también hay dudas de la inoperatividad de algunos entes del gobierno de Morena, que en la suspicacia y la duda siguen operando al viejo estilo del régimen que se intenta fenecer con una limpieza a fondo de las famosas escaleras que se barren de arriba para abajo.
Lo real, es que al presidente López Obrador, como un hombre de experiencia política, muy hecho al estilo de los grandes personajes de la izquierda mexicana como Heberto Castillo. Enrique González Pedrero y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros reconocidos personajes, pensadores, ideólogos y luchadores sociales.
Mismos, que son parte de la lucha que desde hace más de tres décadas se comenzó a construir desde aquel Frente Democrático Nacional, en donde AMLO, siendo muy joven andaba muy fuerte en esa lucha de esos ideales, que por fin se consumó, cuando los ciudadanos ante el hartazgo de los políticos en turno, y el pueblo voto por el cambio saludable de las estructuras nacionales.
Y es que, en eso está el debate de las actuales elecciones intermedias y de las que vienen en el 2024.
Pero, como diría el famoso y eterno Javier López “Chabelo”, la gente tendrá que decidir, sí se queda como esta, o le entra a la “catafixia” para mejorar o emporar. “Ahí está el detalle” a descifrar, en la reflexión sabía siempre de don Mario Moreno Cantinflas. Al tiempo. Así las cosas.
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