Con el peso de los años y de la falta de actualización, la Universidad Veracruzana sumida en el caos y en ofrecer falsos escenarios a los más de 40 mil jóvenes aspirantes y que solo un promedio de 18 mil podrán ingresar.
Los estudiantes, que con ilusión presentan el examen de admisión, y tratar de quedar en alguna carrera para alcanzar la superación en la vida.
Muchos aspectos negativos insuperables al paso del tiempo.
El Ceneval, se enriquece al adueñarse por décadas de los exámenes de ingreso con filtros destinados a frenar a la masa estudiantil y de robarles su sueño y que gracias a eso optan por otros rumbos mejores, gracias a hacerlos sentir un supuesto fracaso, que no debe verse o sentirse así, cuando existen otras opciones de educación superior.
La UV, viviendo en el ostracismo presupuestal de las universidades públicas, convertidas en escenarios más elitistas que las propias instituciones particulares, y que las más fatídicas de las universidades patito.
La UV, secuestrada de sindicatos y de una torpe Junta de Gobierno, de miembros corruptos que la han convertido en dueña de voluntades personales o grupales, sin destino, de un rumbo perdido, sin capitán y la brújula descompuesta navegando a la capa.
Con un Consejo Universitario, a modo y cómplice de todo lo malo y sin opción de lucha por temor a salir de la comodidad de la nómina, para poder lograr un cambio positivo y frenar el desastre de quienes disfrutan del presupuesto para vivir en la abundancia burocrática o del turismo académico.
Ahora, con el nuevo discurso falaz de hastío ante una comunidad abandonada, y de que las autoridades sigan culpando de todo a la pandemia que ya terminó.
En la UV urgen cambios, y acabar con las prácticas del mal, que agobia a las instituciones públicas, por el centralismo burocrático y la lucha por evitar las estridencias.
Se requiere volver al orgullo de la UV, lis de Veracruz, y a su esencia de Arte, Ciencia y Luz.
También, el reconocimiento a maestros, empleados y trabajadores que se redimen y resisten al acoso y ocaso laboral de quienes detentando el poder como piratas o filibusteros creen y pretenden erigirse falsamente en dueños del bien público.
Por la defensa del alma mater, la ampliación de la matrícula y la redefinición de los programas de estudios de muchas carreras, que algunos de los miembros de la famosa “H” Junta de Gobierno, dicen que hay que desaparecer y además critican despiadadamente a los maestros que han entregado sus vidas a la docencia y los humillan por no pertenecer o adaptarse a la era digital. Ándale. Así las cosas.
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