Las próximas elecciones del 2 de julio no solo serán recordadas por la polarización y el intervencionismo del Estado, sino también por la grave violencia que se vivió en la previa y en el proceso comicial.
La violencia política en México ha alcanzado niveles inéditos.
Comparado con el proceso electoral 2020-2021, la cifra de víctimas ha aumentado en un 150.5%, y las proyecciones de Integralia indican que podríamos superar las 760 víctimas después de las elecciones del 2 de junio.
Este contexto de violencia no solo intimida a los candidatos y sus familias, sino que también socava la confianza del electorado en el proceso democrático.
En el actual proceso electoral en México, el asesinato de al menos 34 candidatos o aspirantes a puestos de elección popular ha pintado de luto el panorama político.
De acuerdo con la consultora Integralia, Chiapas, Guerrero y Michoacán son las entidades más afectadas, con ocho, seis y cuatro víctimas, respectivamente.
Hasta el 1 de mayo, se habían registrado 29 asesinatos de aspirantes o candidatos, con Morena siendo el partido más afectado, con 14 víctimas, seguido por el PRI y el PRD con cuatro cada uno, y otros partidos como PVEM, MC y PT también sufriendo pérdidas.
Estas cifras se han incrementado drásticamente al 26 de mayo, con 316 agresiones registradas que han resultado en 749 víctimas.
Entre estos actos de violencia se cuentan asesinatos, atentados con armas de fuego, amenazas, secuestros y desapariciones.
El crimen organizado ha jugado un papel preponderante en esta crisis.
La violencia política se ha convertido en una herramienta de control territorial y de influjo en los resultados electorales.
Las amenazas (181 registradas), los atentados (54) y los asesinatos (34) son tácticas utilizadas para influir en la votación, movilizar o inhibir el voto, y alterar los resultados en algunas casillas.
Las estadísticas reflejan que 239 de las víctimas pertenecen al ámbito municipal, lo que subraya la vulnerabilidad de los actores políticos locales.
Los partidos políticos también han sido blancos. Morena lidera con 61 militantes agredidos, seguido por el PRI con 58, PAN con 43, MC con 30, PVEM con 20 y PT con 13. Esta violencia no discrimina y afecta a todos los niveles de gobierno, exacerbando la fragilidad de las instituciones democráticas en regiones particularmente conflictivas.
Para Armando Vargas, consultor de Integralia, varios factores contribuyen a este aumento de la violencia política.
La presencia de mercados ilícitos no convencionales, como la extorsión y el tráfico de migrantes, ha exacerbado el conflicto. Además, el programa de protección a candidatos del gobierno federal ha sido ineficaz, ya que no considera adecuadamente las dinámicas de control territorial del crimen organizado.
La violencia en este proceso electoral no es solo un desafío para los candidatos y partidos políticos, sino un obstáculo para la consolidación de la democracia en México. La protección de los actores políticos y la garantía de un proceso electoral libre y seguro deben ser prioridades para el Estado.
Solo así se podrá restaurar la confianza en las instituciones y asegurar que la voluntad del pueblo se refleje en los resultados electorales.
La sombra de la violencia debe ser erradicada para permitir que la democracia florezca en un ambiente de paz y justicia.
Ayer se informaba que a solo cuatro días de la elección, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha retirado 104 casillas debido a problemas de inseguridad, conflictos políticos entre comunidades indígenas y la imposibilidad de integrar las mesas de casilla.
Como resultado, 60,645 personas, la mayoría de ellas en Michoacán, deberán trasladarse a otra sección electoral para poder ejercer su voto.
Así las cosas.
Toda esta semana previo al fin de la contienda electoral, se escuchó el rumor de que la todavía diputada federal por Morena, Tania Cruz Santos, cambiaría de bando.
El descontento por haber sido eliminada de la contienda para reelegirse una vez más como legisladora federal, era parte de los motivos para abandonar el partido que la ha cobijado en estos últimos años.
La semana pasada en el precierre de campaña de Rocío Nahle en Nanchital, la maestra estuvo en primera fila del evento junto al alcalde, Amado Cruz Malpica.
Incluso ahí saludó, efusivamente, y se abrazó con su archirival y quien la desplazó de la candidatura, el doctor Roberto Ramos Alor.
Platicaron unos momentos antes de que el galeno subiera al estado y forma parte de los oradores del evento.
Dicen los que saben que Tania no ha tomado ninguna decisión, incluso ella niega dejar a Morena, dice estar “firme, firme…” pero hay otros que afirman que el lazo, está atendido para sumarse a la oposición en breve.
¿Será?
El reclamo social por el ineficaz servicio de la CFE y la CMAS en Coatzacoalcos justifica claramente cualquier reclamo social.
Ya cuando intervienen los partidos y liderazgos opositores se vuelve un “carnavalito” insustancial.
joluperezcruz@hotmail.com
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