“Nadie vende su caballo por bueno”, es el decir de la gente, en todo el ámbito de la vida misma, por eso la extraña la salida del ingeniero Alfonso Romo, como jefe de la oficina de la presidencia de AMLO, y precisamente un día después del mensaje por su segundo año de mandato, “exitoso”, para el político tabasqueño al que critican por las muchas ausencias y preocupaciones entre el sector empresarial del país es algo que no se entiende tan fácilmente.
Las vertientes de una salida inesperada, y a un trato de estar dos años, del compromiso que llegó a su “término” y por lo mismo la noche del miércoles se anunciaba con “bombo y platillo” de la salida del cargo de quien desempeñó una función importante de comunicación con los desesperados empresarios del país, que perdieron privilegios, prebendas y beneficios con la Cuarta Transformación.
Había rumores en torno a la operación ineficaz del ingeniero Romo, en su labor de vinculación y acercamiento con los empresarios, por lo que además se daban informes de la realización de algunos negocios en áreas cercanas a la ruta del tren Maya.
Romo es amigo de Dante Delgado, quien renunció a la amistad con AMLO, y por eso las críticas a mucha insistencia del veracruzano dirigente del Partido Movimiento Ciudadano y senador con las dos cartas de recetas y de recomendaciones presidenciales a AMLO, que no surten efecto, pero en la rareza de que en las decisiones legislativas es aliado de Morena.
Dante, fue quien, en el 2011, presentó al político tabasqueño con el empresario capitalino, Alfonso Romo, quien diría que siempre se resistió al encuentro y también a trabar una amistad con López Obrador.
Tras el convencimiento del exgobernador veracruzano, el empresario agroindustrial y exdeportista olímpico, aceptó y se quedó con una grata impresión de AMLO, a quien desde ese momento se convirtió en su aliado. Y dice que sin cargo será un asesor externo del Presidente, y eso no puede creer ni en un cuento del Lobo con Caperucita.
La sensación de la renuncia de Alfonso Romo, al segundo cargo de mayor importancia en el gabinete ampliado, tiene que ver con algo oculto, y muy simple sale de huida a algo que él sabe, y que por supuesto los del gremio empresarial le pudieron poner en antecedente, ante tanta molestia con el presidente por la forma de gobernar con amplios beneficios a los pobres, a las personas de la tercera edad, becas a jóvenes, apoyos al campo y todo tipo de ayudas, que los ricos de este país no aceptan, que insisten en“lo que se regala no se valora”.
La huida del ingeniero Romo, tiene algo oculto, por lo que hay, que tener las antenas prendidas a algo que se esté cocinando en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, y quizás también a algo que se percibe o se verá muy pronto en torno al rumbo del país.
Está claro, que el sector empresarial de este país, no le acepta a AMLO ninguno de sus éxitos en su forma de gobernar, primero al quitar la reforma educativa, la reforma energética y de regresar al pueblo lo robado.
Pero, tampoco se le reconoce el avance a la reducción de la problemática del “huachicol” a casi al cero por ciento de abatimiento a una gran fuga de la paraestatal Pemex, o las suspensiones a las energías limpias, a la suspensión de la construcción del aeropuerto de la ciudad de México en Texcoco, la construcción de una refinería en Dos Bocas, Tabasco, incluso hasta la oposición al tren Maya. Y al repunte del PIB por mayor consumo en 12.1 por ciento en el tercer trimestre de mejoría a la economía nacional se le llamó un “efecto rebote”.
Con todos los avances al presidente AMLO, los empresarios que ahora quieren ser “políticos” y desde el inicio del mandato le han puesto muchas piedras en el camino al gobierno federal, y como no han podido moverlo un “dieciséis” de la silla presidencial, siguen en una vana lucha de quitarlo a la fuerza a como dé lugar.
También, muchas quejas por la fortaleza al ejército en la construcción de obras importantes, cuando no se quiere reconocer al Colegio de Ingenieros del ejército mexicano, que tiene amplio reconocimiento y experiencia, y por lo mismo el entonces presidente Miguel Alemán, comenzó en su mandato el desarrollo exponencial de la infraestructura nacional con el apoyo del ejército.
La Armada de México con mayores funciones de importancia en acciones de ayuda al gobierno y en materia administrativa supervisan actividades con fines de dar eficiencia y honestidad a la presencia en general de las fuerzas armadas, que asumen posiciones de mayor responsabilidad y trabajo.
Pero los empresarios, en la realidad se acostumbraron a las manos libres, y no precisamente para no usar el celular, sino para recibir prebendas, privilegios y sobre todo a lo que más les duele, que es el de pagar impuestos que en pasados gobiernos hasta les regresaban dinero.
El trébol de cuatro hojas del presidente le sigue funcionando y la aceptación del 71 por ciento entre la población es mayor, a tal grado que las encuestas, reflejan mayor respuesta en su favor, si en estas fechas fueran las elecciones presidenciales, las votaciones serían mayores a las obtenidas por Morena el 1 de julio de 2018.
Entonces, con ese capital político, en la metáfora el equipo de AMLO, puede jugar un partido de futbol, hasta sin portero. Así las cosas.
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