La situación en Guerrero y Michoacán por lo que atraviesa Morena, tiene nombre y apellido, incapacidad e inexperiencia de Mario Delgado.
Mario como Presidente debió instalar un comité de capacitación financiera y reglamentación para todos los candidatos, ayudarlos a cumplir con la ley electoral para que no cayeran fuera de ella, sin embargo, ni siquiera lo contempló.
Se dedicó hacer giras sin sentido, que llevaron a la irritación de los simpatizantes en los diferentes estados, cuando en total desconocimiento de los personajes locales llegó a imponer, a pasar por encima de la militancia y a sumar personajes incluso con antecedentes penales.
Algunos denotados morenistas, señalan que cuando eran oposición cuidaban hasta el color de la tinta para llenar las solicitudes de inscripción, ya que, sabían que estaban en el ojo del huracán y los adversarios los impugnarían con el mínimo error.
Entonces ¿qué pasó ahora ? Pues que sintiéndose con el “pinche poder”, se tiraron al relajo y como cabras sueltas abrieron las puertas del corral y pensaron que podían pasar sobre la ley.
Mario Delgado carece de liderazgo, simpatía e incluso de identidad de izquierda, sin embargo, el INE lo designó presidente de Morena y debe actuar con responsabilidad.
Debe conducir el proceso electoral, debe ser responsable del representante ante el INE, que por cierto, el comisionado del partido está peor que él; debe hacer su tarea política para que la militancia lo respete y obtenga buenos resultados.
De lo contrario, entre él, Monreal, las huestes de Marcelo y demás actores terminarán llevando a este instituto al mismo camino del PRD de los chuchos, pero en una velocidad acelerada.
Están a tiempo ... a ver si tienen capacidad.
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