La disputa entre el ayer y el hoy, sí el pasado y el presente, es lo que sale a relucir a causa de una política desgastada de los personajes, hombres y mujeres que se han constituido en los que en su mayoría viven cómodamente del presupuesto, entendiéndose que ya “trepados en el poder” se sienten los paridos por los dioses.
Pero, lo que no ven estos miembros de la otrora clase política de hoy, y que no tiene comparativo con los políticos de antes, que se mostraron recatados en el uso y disfrute de los recursos públicos,
Ahora, todo es a cargo del presupuesto público, y así se han visto en el reciclaje personajes que ya van hasta por la quinta vuelta del velocímetro de la política, que suben y bajan de los cargos legislativos, otros de los cargos en el desprestigiado servicio público con el único fin de no vivir fuera de el error, aquella trillada frase más vigente que nunca y de enriquecerse brutalmente,
La disputa de opositores, que antes fueron amigos esta entre los “dueños” de dos partidos políticos, el de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, hacedor de los famosos “niños del mal”, que están cargados de enorme cinismo como son Samuel García y Luis Colosio Riojas.
Ambos, se hicieron al amparo de Dante Delgado, y andan a la deriva pretendiendo llegar primero a la candidatura al gobierno de Nuevo León, y luego tratar de ganar una elección que se ve imposible, por el momento con estos jóvenes ambiciosos y despreciables.
El fin de Dante Delgado, un destacado político veracruzano es de seguir ganando gubernaturas, pero está difícil, porque no lleva nada más que intenciones de acceder al poder a sus correligionarios y luego hacer sinergia para cumplir su sueño dorado de alcanzar la presidencia del país en el 2024, pero ya no le da el físico para meterse a una lucha desenfrenada que por lo mismo además ya con poca voz, poco puede arengar al pueblo, porque se pierde el sentido de sus palabras en la mayoría de las ocasiones inaudible y poco entendible.
A Dante, le queda la notable experiencia, y está en eso concentrado queriendo ganar más posiciones en las elecciones del 2021.
Pero para que, en ese ánimo, en el que ahora dice que, fue buena su decisión de separarte hace algunos daños de la lucha junto a AMLO, la que vio imposible y después de arrepintió y quiso regresar ya con la mesa servida del político tabasqueño con la presidencia en mano, y le dijo al enviado del político cordobés, una tajante respuesta: “ya no”.
Entre la mayoría de los políticos, se gestó una clase de personajes muchos sin sentimientos, sin ética y sin valores humanos, cuando no se dan el mínimo tiempo de contestar mensajes y menos llamadas telefónicas, no tienen tiempo para servir a nadie, sólo para pensar y pensar en cómo ganar el poder a costa de lo que sea. Simplemente perdieron el rumbo.
En el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, y su Morena, ya montado en la presidencia, se le ve serio y no sonríe a nadie, no hay alianzas, ni acuerdos con nadie, va cabalgando sólo como un Quijote, y a sabiendas del respaldo de más treinta millones de mexicanos, capital político, que se ha ido incrementando con las ayuda a la gente de los programas sociales, pero se le ve igual que a Dante Delgado, en una frenética lucha por el poder de conservar lo que se tiene y acrecentarlo aún más en las elecciones venideras, olvidando que el pueblo es sabio y que seguramente se está pensando en equilibrar el poder político en los famosos pesos y contrapesos.
El ejemplo es real, en el estado de Veracruz, la política amorfa, va sin mucho que comentar con los políticos que cumplen en pagos de nómina, pero sin esencia, sin retórica y sin nada que obligue a la gente a seguir en esa ruta, a causa de los políticos, algunos improvisados, otros sentados en la silla como emperadores y otros ocultos sin salir a dar la cara.
En lo que se ve como el “ahí se va y que”, y con ese nivel, se pretenden ganar elecciones para no regresar al PRI, del hartazgo de la gente, y de quienes se olvidan de un pasado lastimoso, ofensivo y degradante al que nadie quiere volver, pero por lo pronto ya van remontando con Dulce María Sauri Riancho en la presidencia de la Cámara de Diputados en donde se operó para darle ese lugar al priismo y cumplir con la legalidad, aunque duela,
En la realidad, a la gente común y corriente no le importa que los políticos se conviertan en ricos poderosos, y que roben “sin llenadera”, sí a manos llenas hasta que se cansen, al final todos son los mismos, y eso a la gente no le interesa porque, la felicidad de los de las mayorías de este país, es ir a las urnas y aplicarles el voto de castigo con el “toma tu voto”.
El más claro ejemplo de los políticos y la prensa, lo dio “don Alfonso Valencia Ríos”, periodista veracruzano ejemplar a los que podía entrevistar, pero jamás hizo amistad con un político, porque los conocía y por lo mismo, los mantuvo siempre alejados de su vida personal y familiar, esa fue su filosofía valida aun estrictamente vigente y positiva del adalid del periodismo en estas tierras.
Ahora Dante, habla del pequeño priista que se lleva adentro, cuando a muchos eso jamás les ha interesado, y a nadie le preocupa, cuando lo peor es vivir la vida, es ir comiendo tortillas y frijoles, sin problema, sin carro del año, a diferencia de quienes no duermen y el estrés que ahora reconoce AMLO, es parte de los que viven para no dormir y pensar en que sigue en la política de expansión: allá ellos y sus preocupaciones. Así las cosas.
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