En abril de 2019, el Instituto Belisario Domínguez, del Senado, dio a conocer un reporte sobre la deuda de los estados y municipios, actualizado al cuarto trimestre de 2018.
Veracruz fue ubicado con un nivel de endeudamiento sostenible, aunque su calificación crediticia fue colocada en BBB-, lo que indica un riesgo moderado; sólo 7 estados del país aparecieron con esa mala nota.
La entidad reportó una deuda pública de 47 mil 232.6 millones de pesos. En esos días, la deuda per cápita de Veracruz era de 5 mil 731 pesos.
Los pasivos veracruzanos equivalían a 100.2 por ciento de las participaciones del estado; y al 4.4 por ciento del Producto Interno Bruto; una locura.
Más todavía: de acuerdo con el Instituto Belisario Domínguez, la deuda de Veracruz creció durante el último trimestre de 2018 en 5.4 por ciento, al pasar de 44 mil 817 millones de pesos a 47 mil 232.6 millones; es decir, hubo un incremento superior a 2 mil 400 millones de pesos, dinero que el estado contrató como deuda con una tasa de interés promedio de 9.6 por ciento, a cubrir en un plazo de 20.1 años.
Ese fue el monto oficial de la deuda pública reconocida por el gobierno estatal, que al parecer no incluía los compromisos con proveedores y contratistas.
Lo malo es que casi toda la deuda del gobierno estatal fue usada para cubrir el déficit presupuestal de los últimos 12 años; ese dinero, millones y millones de pesos, no se usó para infraestructura, ni para vías de comunicación, y menos para el impulso a los sectores productivos.
Con esa millonaria deuda, herencia de las últimas 4 administraciones estatales, inició su gobierno Cuitláhuac García Jiménez en Veracruz.
De eso han pasado tres años, y aunque el anuncio oficial se refiere a una reducción en los pasivos, lo cierto es que a pesar de los programas de austeridad, la entidad está muy lejos de salir de su crisis financiera.
Durante la comparecencia de José Luis Lima Franco, titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Sefiplan, ante el Congreso del Estado, se manejaron cifras que podrían reducir aún más la capacidad de operación del gobierno estatal.
Reveló el funcionario que entre la deuda con los bancos, la bursatilización, los compromisos con empresarios y contratistas, el SAT y el ISSSTE, el Gobierno de Veracruz tendría pasivos por 50 mil millones de pesos.
Además, probablemente tenga que cubrir adeudos que todavía no reconoce oficialmente, mismos que podrían llegar a los 17 mil millones, de tal manera que los pasivos estatales amenazan con ubicarse en los 70 mil millones de pesos.
Ello provocaría que la deuda per cápita en Veracruz no fuera de 5 mil 731 pesos, sino de 8 mil 750 pesos.
Es una espiral de deuda que inició durante la administración de Miguel Alemán Velasco y de la cual no ha podido salir el gobierno veracruzano, porque sin importar el titular del Ejecutivo en turno, en todas las administraciones el monto se ha incrementado; después de Alemán pasaron por Palacio de Gobierno Fidel Herrera, Javier Duarte, y Miguel Ángel Yunes y ni uno de ellos logro ya no cubrir, sino siquiera reducir aunque sea en una pequeña parte el altísimo nivel de la deuda pública.
@luisromero85
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