Dante Delgado ha sido, hasta ahora, el político veracruzano más visionario y audaz.
En 1979 un grupo priista en el poder no lo dejó ser alcalde de Córdoba, pero en 1988 fue designado gobernador sustituto de Veracruz.
En 1996 se propuso hacer un partido político nacional de centroizquierda y comenzó con la asociación política Convergencia por la Democracia, por la cual tuvo que pasar un año en la cárcel de Pacho Viejo, desde cuya celda operó en la sucesión municipal de 1997 en una alianza de facto con el PRD –dirigido entonces por Andrés Manuel López Obrador– para arrebatarle al PRI, junto con el PAN, 106 de los 210 ayuntamientos que existían en aquel momento en Veracruz.
El 5 de diciembre de 1998 tuvo su primera Asamblea Nacional Constitutiva y el 1 de agosto de 1999 el ahora extinto IFE le entregó el registro jurídico como Partido Político Nacional. En 2002 se acortó el nombre a Convergencia y desde 2011 adoptó el de Movimiento Ciudadano.
En las elecciones federales de 2021 fue una fuerza política menor, pues solo recibió el 7.01 % de los votos emitidos. Actualmente cuenta con 24 diputados federales, 8 senadores y gobierna los estados de Jalisco y Nuevo León. Hasta febrero de 2020 tenía oficialmente 229 mil 479 militantes.
En la sucesión presidencial de 2018, después de haber postulado en 2006 y 2012 a López Obrador en alianza con el PRD y PT, Dante se sumó a la coalición Por México al Frente, del PAN y el partido del sol azteca, que abanderó al panista Ricardo Anaya. Como parte de ese bloque opositor, en Veracruz apoyó también la candidatura a gobernador de Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del entonces mandatario de Acción Nacional, Miguel Ángel Yunes Linares, quien como secretario de Gobierno había operado 22 años atrás su encarcelamiento.
Sin embargo, luego de ese rotundo fracaso, Delgado Rannauro se negó a coaligarse con el PAN, PRI y PRD en los procesos locales de 2020 y 2021, y hasta ahora sigue resistiéndose a sumarse a ellos en 2024. Le han insistido que MC no gana solo. Pero él asegura tener “otros datos”. Seguramente apuesta a repetir el campanazo de Nuevo León, donde su candidato Samuel García, un joven exsenador muy carismático, inició la campaña en un lejano tercer lugar, superado en las encuestas por más de 20 puntos de ventaja por la expriista Clara Luz Flores, de Morena. Pero, al final, ganó con 34% de los votos, seguido por Adrián de la Garza, del PRI (29.9%) y Fernando Larrazábal, del PAN (18.3%). La abanderada del partido guinda obtuvo 14%.
Dante sabe que de los 30 millones de votantes que en 2018 llevaron a AMLO a la Presidencia, por lo menos la mitad están decepcionados. Y que hay movimientos de la sociedad civil que recientemente se manifestaron en la Ciudad de México y en diversas urbes del país en defensa del INE, cuyos líderes y activistas buscan espacios de participación política que las cúpulas del PAN y PRI les van a regatear.
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