¿Imposición o derecho?

El rector de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar, ha desatado una tormenta al solicitar a la Junta de Gobierno prorrogar su administración por un periodo adicional de cuatro años. La petición, que ha encendido las redes y los pasillos académicos, frena la posibilidad de una nueva elección para la rectoría, bloqueando las aspiraciones de otras candidatas y candidatos que ya se perfilaban para dirigir la máxima casa de estudios de Veracruz. La polémica no es menor: para unos, Aguilar ejerce un derecho que los estatutos universitarios le otorgan; para otros, su maniobra huele a imposición y perpetuación en el poder.

La comunidad universitaria, siempre celosa de su autonomía, ha mostrado un descontento creciente. Estudiantes, académicos y trabajadores cuestionan si la prórroga es una estrategia para consolidar un proyecto personal o si realmente responde a un plan institucional sólido. Aguilar, por su parte, defiende su decisión argumentando que su gestión necesita continuidad para culminar proyectos clave. Sin embargo, el argumento no convence a todos, pues muchos ven en su solicitud un intento de cerrar el paso a nuevas voces y propuestas que podrían renovar la universidad.

La controversia también pone en la mira a la Junta de Gobierno, cuya decisión será clave para definir si la UV apuesta por la apertura democrática o si avala una extensión que, para muchos, tiene tintes autoritarios. La autonomía universitaria, un pilar histórico de la institución, está en juego, y las próximas semanas serán cruciales para saber si la comunidad aceptará esta prórroga o exigirá un proceso electoral transparente.

Lo cierto es que la discusión trasciende los estatutos. ¿Es legítimo que un rector busque extender su mandato en nombre de la estabilidad, o debería prevalecer la alternancia para oxigenar el liderazgo? La respuesta no es sencilla, pero el debate ya está abierto.

El pleito personal de Cuitláhuac

El exgobernador Cuitláhuac García Jiménez no suelta el reflector. Hace unos días, se mandó a hacer un video donde llama a la ciudadanía a participar en la elección judicial de este 1 de junio. Como funcionario federal, uno esperaría que estuviera más ocupado en sus nuevas responsabilidades, pero García parece más interesado en mantener viva su cruzada contra el Poder Judicial, una rencilla que arrastra desde su paso por Veracruz y que lo llevó a protagonizar actos tan polémicos como colocar un ataúd con la imagen de la magistrada Norma Piña, un gesto que incluso sus correligionarios de Morena reprobaron.

El origen de este pleito está en los reveses que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio a varias de sus decisiones como gobernador. El caso más sonado fue la invención del delito de "ultrajes a la autoridad", una herramienta legal que permitió fabricar culpables y mantener presos políticos, según denunciaron organizaciones de derechos humanos. La Corte tumbó esa legislación, y desde entonces, García no ha dejado de señalar al Poder Judicial como un obstáculo para su proyecto político.

En su video reciente, el exgobernador insiste en la importancia de "democratizar" la justicia, pero su mensaje suena más a vendetta personal que a un llamado cívico. Su activismo electoral, además, levanta sospechas sobre si está utilizando su cargo federal para influir en un proceso que debería ser imparcial. La ciudadanía, mientras tanto, observa con escepticismo a un político que parece no soltar el pasado ni las rencillas que lo marcaron.

La pregunta que flota es si Cuitláhuac García logrará canalizar su energía hacia su nuevo rol o si seguirá atrapado en una batalla que, lejos de fortalecer su figura, lo expone como un actor político incapaz de dejar atrás sus agravios.

Elecciones que transforman

Este domingo 1 de junio, Veracruz vivirá una jornada electoral histórica. No solo se renovará medio Poder Judicial Federal y el Poder Judicial del Estado, sino que también se elegirán 212 presidentes o presidentas municipales, síndicas, síndicos y regidurías. Es un momento clave para la democracia local, donde la ciudadanía tiene en sus manos la oportunidad de moldear el rumbo político y judicial de la entidad.

La gobernadora Rocío Nahle no dejó pasar la oportunidad de pronunciarse. En un mensaje difundido la tarde del sábado, exhortó a las y los veracruzanos a salir a votar sin temor, destacando la importancia de participar en un proceso que definirá el futuro inmediato de la justicia y la administración municipal. Su llamado busca contrarrestar el miedo y la apatía que, en algunos sectores, han sido alimentados por la polarización política y la violencia en ciertas regiones del estado.

Estas elecciones, sin embargo, no están exentas de retos. La renovación del Poder Judicial ha generado debates intensos, con críticas de quienes ven en el proceso una intromisión del poder político en la justicia. Por otro lado, la elección de autoridades municipales pone a prueba la capacidad de los partidos para conectar con una ciudadanía cada vez más exigente y desencantada. La jornada del domingo será un termómetro del ánimo social y de la confianza en las instituciones. Este domingo, la urna espera, y con ella, la oportunidad de transformar el presente.